Durante el acto central por el 128 aniversario del natalicio de Augusto C. Sandino, celebrado la noche del jueves, 18 de mayo, el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, recordó cómo la Policía y su «Policía voluntaria» masacraron a los nicaragüenses durante las protestas sociales del 2018, que dejó más de 350 asesinados, según reportes de organismos de derechos humanos.
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Poniendo como ejemplo la invasión napoleónica de Rusia, en 1812, Ortega dijo que de igual manera la oposición quería hacer en Nicaragua, «porque no los poníamos en orden, porque apelábamos al diálogo, porque apelábamos a los famosos mediadores que eran golpistas también».
A como lo ha dicho en otros discursos de odio, donde recuerda con ardor la rebelión cívica del 2018, el mandatario remarcó que la recomendación a la Policía era «aguantar».
«Nosotros decíamos a la Policía, aguante Policía, aguante, quédense en los cuarteles, ellos —los opositores— pensaban, como decían ellos, que ya estábamos montados en el avión, así lo decían tranquilamente, pensaban que ya estábamos derrotados y no entendían que nuestro propósito era buscar una salida que no nos llevara a una confrontación con ellos para desalojarlos de los tranques donde cometían asesinatos todos los días», resaltó.
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Poniendo, además, a la Policía como víctima, Ortega afirmó que en las barricadas que se colocaron en las diferentes ciudades del país, para evitar más ataques por parte de policías y paramilitares fuertemente armados, los autoconvocados cometían «crímenes, y más gente asesinaban y más policías quemaban y se iban sobre los cuarteles de la policías que estaban acuartelados, y se lanzaban ahí con superioridad numérica y en armas y llegaron a matar a muchos policías».
«Fue ahí donde dijimos: ahora es el momento y fuimos, no hubo que librar grandes batallas, simplemente la Policía, acompañada de la Policía voluntaria, desmantelaron rápidamente los famosos tranques», resumió Daniel Ortega su ataque en contra de los nicaragüenses.
Justificando su ataque contra el pueblo nicaragüense, el mandatario aseveró que la disidencia de sus militantes fue porque muchos «estaban confundidos. Algunos hermanos sandinistas se confundieron también, creían que era el fin con toda la campaña que tenían mediática, pero nosotros le hicimos ver al pueblo, que lo que queríamos era, que desmontaran los tranques porque desmontando los tranques, entonces que era la mejor prueba que había voluntad de entendimiento, de reconciliación».
Asimismo volvió a atacar a la Iglesia católica de Nicaragua, tildando a los sacerdotes, que participaron como mediadores en el primer intento fallido de diálogo, el 16 de mayo de 2018, como golpistas.
Los que se fueron en el avión estaban a favor de los tranques
En cuanto a los 222 exreos políticos que fueron desterrados el nueve de febrero, y donde algunos participaron en la mesa de diálogo, el dictador los acusó de ser quienes «estaban a favor de que no se quitaran los tranques».
«(…) ellos justificaron los crímenes que estaban cometiendo, defendiendo los tranques, los que se fueron en el avión estaban ahí sentados defendiendo los tranques y de eso fueron testigos los nicaragüenses». Esa acción, según el dictador, «fue creando condiciones (…) para que el pueblo cobrara conciencia de lo que es el valor de la paz, la estabilidad», justificando así el ataque armado de la Policía y el Ejército que «resguardó zonas estratégicas».
El discurso del dictador nicaragüense concluyó reafirmando que son «vende patria» todos lo nicaragüenses que no están de acuerdo con su política dictatorial, señalándolos de «locos, porque querían que nos fuéramos». Desde el 2018 Nicaragua vive una ola represiva que ha ocasionado, exilio, destierro y decenas de presos políticos.