Tras el arresto de tres periodistas en las últimas semanas, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) repudió la intensificación de la represión en Nicaragua, al mismo tiempo que instó a la comunidad internacional a «denunciar con celeridad» la persecución del régimen contra las libertades de expresión y de prensa.
Los tres periodista apresados fueron William Aragón, excorresponsal del diario La Prensa; Hazel Zamora y Víctor Tikay, ambos de corresponsales de Canal 10 en Bluefields y Nandaime, respectivamente. Hasta ahora solo Ticay permanece encerrado, sin juicio y sin razón.
Michael Greenspon, presidente de la SIP y director global de Licencias e Innovación de Impresión de The New York Times, condenó la nueva arremetida de los ataques a las libertades de expresión y de prensa que, dijo, «aparentan ser una purga para forzar a que quienes critican al régimen salgan del país y silenciar a la oposición».
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El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Carlos Jornet, director periodístico del diario argentino La Voz del Interior, reiteró el pedido de la organización a la comunidad internacional para seguir «denunciando la persecución enfermiza del régimen de los Ortega-Murillo y actuar con celeridad ante las acciones contra periodistas y líderes opositores».
Zamora fue detenida el 5 de mayo cuando viajaba en un autobús con sus hijos menores de edad. La Policía también allanó su casa. Sobre la periodista pesaba una orden de detención, emitida el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa.
La comunicadora fue puesta en libertad condicional y está obligada a presentarse diariamente a firmar ante un juzgado. Fue acusada por supuesta conspiración contra el Estado y la sociedad y propagación de noticias falsas, delitos considerados «traición a la patria».
Aragón fue arrestado el tres de mayo y le impusieron casa por cárcel, al igual que Zamora debe presentarse a firmar diariamente en un juzgado en la Policía de Somoto, Madriz, a firmar, pese a residir en Estelí.
Víctor Tikay, el único periodista que continúa preso fue detenido el 6 de abril por filmar el Jueves Santo, una procesión religiosa en la ciudad de Nandaime, en el departamento de Granada. Hasta la fecha no ha sido acusado formalmente ante la justicia orteguista.
«La ola de represión de la semana pasada incluyó además detenciones de activistas, campesinos y opositores al gobierno en varias zonas del país. En febrero, el régimen expulsó a 222 presos políticos y los despojó de su nacionalidad, así como a otras 94 personas, entre ellas 10 periodistas, que permanecían en el país», destaca la SIP.
Desde 2018, más de 185 comunicadores se han visto obligados al exilio, según el informe 2022 de la Red Regional Voces del Sur.