La acción de cancelar la personería jurídica de la Asociación de Cruz Roja Nicaragüense y convertirla en un ente subordinado al Gobierno y a la vez confiscar todos sus bienes, es la peor ilegalidad que pudo cometer el dictador Ortega y sus operadores políticos en la Asamblea Nacional contra la organización internacional, y por ello no podrá conseguir reconocimiento internacional, analiza el abogado en el exilio Juan Diego Barberena.
Para el abogado opositor e integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), no hay nada más ilegal entre las acciones del régimen que el haber cancelado la Sociedad de Cruz Roja de Nicaragua para inmediatamente crear una Cruz Roja subordinada a su Gobierno a través del Ministerio de Salud. «Eso es inexistente y además no van a conseguir el reconocimiento internacional», afirmo el jurista exiliado.
Destaca que «es imposible jurídicamente que (la nueva Cruz Roja de Ortega) pertenezca a la Federación Internacional de Sociedades la Cruz Roja y Media Luna Roja», es decir, no podrán conseguir reconocimiento de las sociedades de Cruz Roja porque al ser ahora un ente subordinado a la dictadura, perdió toda su independencia e imparcialidad que son los principios de la organización mundial.
El bogado recalcó que el principal impedimento se lo impusieron los mismos diputados, porque la ley que aprobó la Asamblea Nacional, establece que, la nueva Cruz Roja Nicaragüense, es un ente descentralizado de la administración pública, subordinado al Ministerio de Salud, y ya ese aspecto «les impide que puedan suscribir a la Federación Internacional de sociedades de Cruz Roja y Media Luna Roja».
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«Esa estandarización o Equivalencia de la Cruz Roja, en primer lugar, y hay que tenerlo bien claro, es un acto ilegal, Es decir, tanto la confiscación de su personalidad jurídica es ilegal porque no es posible confiscar la personalidad jurídica de un sujeto de derecho, como también es ilegal la confiscación de sus bienes», explicó el abogado.
En cuanto a la confiscación disfrazada de los benes de la Cruz Roja, Barberena dijo que no había que dar muchas explicaciones por la simple razón de que «eso está prohibida constitucionalmente».
«Es una actitud de total desacato y transgresión de los tratados e instrumentos internacionales, por un lado, y también una actitud de aumentar ese control totalitario», insistió.
El jurista recordó que se trata de la organización de carácter humanitario más importante del mundo, con más de 150 años de existencia.
Aumenta control total
Destacó que la confiscación de la institución humanitaria tiene como finalidad política del régimen «aumentar el control totalitario y evitar que exista en todo el país alguna organización humanitaria que pueda hacer referencia a la situación de sistemática vulneración y violación de derechos humanos».
Los diputados orteguistas en la Asamblea Nacional utilizaron como argumento para lanzarse contra la Cruz Roja Nicaragüense, que supuestamente la organización humanitaria, «a través de algunas Filiales, en determinadas circunstancias y momentos incumplió con su razón de ser y actuó en contra de los principios de Imparcialidad, Humanidad y Neutralidad que caracterizan a esta Asociación Humanitaria». El régimen se refiere a la atención que brindó la organización humanitaria a los heridos durante la represión a las protestas sociales en el 2028.
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Es decir, la dictadura está criminalizando precisamente el desempeño humanitario de la Cruz Roja que salvó vidas durante esos sucesos que, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se saldó con al menos 355 asesinatos. Muchos de esas muertes se dieron por falta de atención médica en los hospitales púbicos, a los que se les prohibió atender a los manifestantes heridos por las balas de la Policía y los paramilitares.
Siempre ha menospreciado a la Cruz Roja
Por su parte el mayor retirado del Ejercito y opositor en el exilio Roberto Samcam, opina que no es la primera vez que Ortega menosprecia y desconoce el carácter imparcial y humanitario de la Cruz Roja, pues ya lo había hecho en los años 80, durante la primera etapa de dictadura sandinista.
Recordó que, durante la insurrección popular de 1979, contra el dictador Anastasio Somoza, la Cruz Roja rescató de las zonas de combate a decenas de heridos sandinistas y los puso a resguardo, sin embargo, cuando en los años 80, la misma Cruz Roja intentó salvaguardar las vidas de muchos exguardias somocistas, el régimen cometió asesinatos en la Zona Franca, que servía como cárcel.