A tres meses de haber sido desterrado por el régimen sandinista, la principal figura pública de los campesinos, el opositor Medardo Mairena, se percibe fuerte en sus convicciones.
El excarcelado se declara decidido y confiado que pronto volverá a Nicaragua a continuar, según dijo, su vida del campo, junto a su familia y su pueblo.
Para este reporte, el líder campesino relató que al arribar a Estados Unidos, recibió 300 dólares y ha podido sobrevivir «gracias a otros hermanos nicaragüenses» que le abrieron las puertas de su casa.
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Además, comentó que al llegar en las condiciones en la que la dictadura lo echó del país, no ha sido fácil ni para él, ni para otros opositores, que no estaban preparados para un exilio en este país.
«Es un nuevo mundo para todos nosotros, acostumbrados a vivir en la tierra. Ha sido complicado, pero aquí estamos. Doy gracias a Dios, porque nunca me ha abandonado tanto en la cárcel, como en el exilio, gracias al pueblo que nunca nos ha dejado solos», señaló Mairena.
«A tres meses del destierro, continuamos firmes, resistiendo, consciente que existe un pueblo que sufre, que llora, que carga su cruz por culpa de una familia, los Ortega-Murillo, que ha secuestrado a todos los poderes del Estado, que ha secuestrado a Nicaragua», denunció.
«Ortega les tiene miedo a los campesinos»
De acuerdo a Medardo Mairena, la dictadura le teme a los campesinos, lo mismo que a la voluntad popular que en Nicaragua ha decidido decirle no a la familia Ortega-Murillo.
«Ortega siempre le ha tenido miedo a los campesinos porque no hemos renunciado a defender nuestra tierra, tiene miedo presentarse a un proceso electoral, como el que se pretendió en el 2021, ya ves lo que hizo, apresó a los liderazgos de la oposición y obviamente al liderazgo campesino», señaló el opositor.
El líder campesino recordó que el régimen de Ortega carece de legitimidad. «Lo es, es ilegítimo, es un gobierno que no tiene la simpatía del pueblo, es una fuerza militar represora. Su miedo al pueblo y al terror de perder el poder, lo lleva a cometer crímenes de lesa humanidad», acusó.
A la par del exilio campesino
Durante la conmemoración del quinto aniversario de la revolución cívica de abril de 2018, que se llevó a cabo este domingo siete de mayo en Chicago, Estados Unidos, un grupo de campesinos saludó a Mairena. Se reunieron con él para exponerle cómo sufren la persecución los campesinos en las comunidades de Nicaragua y las razones del por qué, tuvieron que abandonarlas.
Uno de ellos, mostró su brazo visiblemente deformado. «Esto fue el producto de un balazo de los paramilitares», dijo. Explicaron que ellos estuvieron en los tranques. «Es por ello que luchamos, para que un día haya justicia, él es nuestro líder», aseguró otro refiriéndose a Mairena, mientras sostiene el puño en alto.
Todos vistieron una camiseta con la imagen de monseñor Rolando Álvarez, del padre Leonardo Urbina y el padre Salvador García; los tres religiosos que permanecen secuestrados por el régimen sandinista.
Los campesinos han sido el blanco de persecución desde hace décadas, pero su calvario ha aumentado desde que Ortega inició a expropiarlos de sus tierras supuestamente para construir el canal interoceánico. Con el estallido cívico de abril de 2018, fueron junto a los estudiantes, el grupo social que más cara le plantó al régimen.
En municipios como Wiwilí, de Jinotega, se han documentado hasta 52 campesinos asesinados y desaparecidos, pero hay otros tantos que nadie conoce, porque la población no denuncia por temor a ser asesinados.
Se organizan para promover la unidad
Según Mairena, la oposición se continúa organizando tanto en el exilio como dentro del país, para lograr la ansiada unidad, la liberación de los presos, la democratización del país y el retorno de todos los exiliados.
El líder campesino aseguró que el movimiento es un puente para todos, «que no es cierto que estén peleándose» y que quienes los critican son personas con poca incidencia y comúnmente lo hacen en redes sociales. «La lucha se hace en el territorio, en las calles y en el campo. A los opositores no nos queda más que la unidad y la estamos buscando, trabajamos en ella», dijo.
Mairena fue precandidato presidencial para las votaciones del 2021, antes, estuvo en la mesa del diálogo, y fue secuestrado en dos ocasiones, la última fue para evitar que él y otros precandidatos le compitieron la presidencia a Ortega. Hoy vive desterrado, igual que a otros 221 nicaragüenses a quienes el régimen Ortega-Murillo expulsó del país y envió a Estados Unidos.
Por Voces Unidas