Este jueves, 20 abril, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró que la decisión de la administración orteguista de retirar el plácet a su nuevo embajador en Nicaragua «no nos va a callar» y aunque «nuestras críticas no les gusten» el bloque europeo continuará denunciando los atropellos que suceden en el país centroamericano.
«Sí, de cuando en cuando ocurre eso, que como nuestras críticas no les gustan, pues retiran los plácets hechos a nuestros embajadores. Ya pasó con Venezuela, pero eso no nos va a callar», dijo Borrell en una entrevista con la agencia EFE.
«Nuestra posición con respecto a Nicaragua está muy clara. Creemos que es una dictadura pura y dura, dura, dura», afirmó el jefe de la diplomacia europea a EFE.
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Josep Borrell también recordó que la Unión Europea ha «criticado y condenado la violación de los derechos humanos que allí se producen», en Nicaragua, pero que pese a ello mantiene en lo que puede «la ayuda y cooperación» en el país.
Régimen retira plácet a embajador de la UE
La administración de Ortega Murillo retiró, el martes 18 de abril, la aprobación al designado embajador de la UE en Managua en respuesta a sus críticas por la represión en el país centroamericano, en el quinto aniversario del inicio de las protestas contra el gobierno sandinista.
En un comunicado, el bloque europeo reiteró su disposición de «apoyar una solución democrática, pacífica y negociada de la prolongada crisis política de Nicaragua».
Asimismo, el organismo destacó que «han pasado cinco años desde que miles de ciudadanos nicaragüenses salieran a la calle para expresar su legítima reivindicación de los derechos humanos (…). En lugar de que sus demandas fueran escuchadas y respetadas, el pueblo de Nicaragua se enfrenta desde entonces a una represión sistémica».
Además, demandó al régimen orteguista la liberación de todos los presos políticos, el pleno restablecimiento del Estado de Derecho, así como el regreso de las organizaciones internacionales de derechos humanos al país.
Por su parte, la dictadura de Ortega Murillo catalogó el comunicado de UE como un acto «injerencista, atrevido e insolente» y tildó al organismo de «imperialista y colonialista».
«Ante su injerencista, atrevido e insolente comunicado (…), la República de Nicaragua (…) ha decidido suspender el plácet que había concedido al Señor Fernando Ponz, como embajador de esa Potencia avasalladora», dice una nota firmada por el canciller nicaragüense Denis Moncada.
«En estas circunstancias y frente al permanente asedio al Derecho de nuestro Pueblo a la Soberanía Nacional, no recibimos a su Representante», agrega la nota dirigida a Bruselas.