Se cumplen cinco años de la quema de Radio Darío, en el departamento de León, luego que el 20 de abril, del 2018, la emisora fuera reducida a cenizas. El ataque ocurrió durante las protestas sociales contra el régimen de Daniel Ortega.
«¡Están quemando Radio Darío, por favor compartan este vídeo!», clamaba un periodista de la emisora de la ciudad universitaria, la noche del siniestro, mientras se acercaba a las instalaciones prendidas, ambientadas por gritos y sollozos.
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Pese a que continuaron los ataques, asedio e intimidación en contra de los trabajadores, periodistas y su director, Aníbal Toruño, el medio siguió informando, hasta que la dictadura orteguista la cerró, en agosto de 2022, tras 73 años de existencia.
A los ataques en contra de la radioemisora se sumó el reciente despojo de la nacionalidad de Toruño, así como la confiscación de sus bienes. Además se conoció que en el edificio, donde estaba instalada Radio Darío, la comuna leonesa estaba realizando construcción, donde se presume que se construirá una estación policial.

En entrevista con Artículo 66, Aníbal Toruño expresó que pese a la censura impuesta por el orteguismo se ha tenido que «reinventar» para poder seguir informando.
«Hay que entender que la radio que se conoció ya no existe y ahora hay que adaptarse a los nuevos tiempos, pero lo más importante es que hemos vencido la censura y los malos tiempos y los deseos —de la dictadura de Daniel Ortega— de querer apagar el micrófono que hace 73 años se fundó», afirmó.
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Agregó que Radió Darío sigue siendo un baluarte y parte de «la enorme capacidad que tienen periodistas y medios de comunicación para seguir enfrentando esta enorme crisis que vive Nicaragua».
Periodismo en resistencia
Referente al destierro de que es víctima, al igual que más de 300 nicaragüense, Toruño dijo que como periodista está claro que se está enfrentando a un «gran desafío» y que Ortega sigue con su ola represiva».
«Mi situación ha sido tan compleja y complicada que no permite otra cosa que exiliarme y luego tener que sembrar un periodismo en resistencia y catacumbas que nos queda en Nicaragua», dijo.
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Refirió, además, que su mayor anhelo es regresar a Nicaragua para continuar trabajado por el periodismo. «Mi valija no la he desempacado, pese a que —el régimen de Ortega—diga a través de una resolución atrevida, fuera de todo derecho e inconstitucional que no soy nicaragüense, pero siempre lo seré».
«El—Ortega— en su intento por querer hacer daño se fue a los registros y los eliminó, pero mi nacionalidad está en mi ADN, y ni Daniel Ortega ni nadie me va a quitar el derecho que yo tengo de ser ciudadano nicaragüense (…), aunque los desafíos son inmensos y no queda de otra que reinventarnos».

El empresario radial aprovechó para agradecer el trabajo profesional de los trabajadores de la radio por su compromiso con el periodismo. «Algunos se quedaron, otros se fueron o se retiraron, pero nada de eso le quita a los que estuvieron con nosotros el ser grandes personas».
Además indicó que actualmente se está «armando los pedazos de sueños que se me han desbaratado, y poder reconstruirlos; eso lleva tiempo, aunque es doloroso y difícil».
Pese a los ataques de la dictadura, el director de Radio Darío afirmó que logró perdonar a la pareja presidencial. «Daniel Ortega, Rosario Murillo y toda su camaradería tendrán que rendir cuentas al Señor y a la ajusticia terrenal por los crímenes de lesa humanidad que han cometido: yo no soy quien los juzgaré, allí hay pruebas que son claras y fehacientes», concluyó.