La congregación Hermanas Trapenses denunció que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo confiscó su monasterio, ubicado en Santa María de la Paz, en San Pedro del Lóvago, pese a que la asociación fue disuelta de forma voluntaria.
Las religiosas, que salieron del país el 24 de febrero, de forma voluntaria y por razones personales, señalaron, a través de su cuenta de Facebook, que fue el Ministerio de Gobernación quien les informó que el edificio fue entregado al Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria.
Las monjas indicaron que el monasterio y todos los bienes materiales en Nicaragua habrían pasado a ser administrados por la Diócesis de Juigalpa, a cargo de del obispo Marcial Guzmán, todo esto mientras se hacía la gestión ante Ministerio de Gobernación del cierre voluntario de la asociación humanitaria, pero el régimen de Ortega se apropió de las instalaciones.
La religiosas llegaron a Nicaragua el 20 de enero de 2001, con el propósito de fundar el Monasterio Santa María de la Paz «para extender su labor contemplativa de oración y devoción», según han informado.
La salida de las Hermanas Trapenses se dio en un contexto donde el régimen de Nicaragua ha arreciado su ola represiva contra la Iglesia católica.
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La represión del régimen de Ortega contra religiosos no ha cesado, esta vez se conoció de la expulsión de dos monjas de la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata, que atendían el asilo de ancianos López Carazo, ubicado en la ciudad de Rivas.
Fuentes de la Diócesis de Granada rebelaron al medio de comunicación Despacho 505 que las religiosas expulsadas son las hermanas Isabel y Rosario Blanco, esta última funge como directora de la Fundación Asilo López Carazo.
Se ha sabido que el asilo de anciano está trabajando con «normalidad», pese a que su directora fue expulsada del país. Artículo 66 conoció que las dos religiosas entraron a Costa Rica este mismo miércoles. Según el actuar del régimen de Nicaragua, este tipo de acciones vienen acompañado de despojo de personalidad jurídica y confiscaciones.
La comunidad nicaragüense exiliada en Madrid, España, realizará este próximo domingo, 16 de abril, a las 6 de la tarde una misa para pedir la liberación del obispo Rolando Álvarez y en recuerdo al quinto aniversario del inicio de la grave crisis sociopolítica que vive Nicaragua.
Los organizadores explicaron que será un momento de oración para que en Nicaragua se pueda construirse una sociedad más fraterna y solidaria. Además, destacaron que otro de los pilares fundamentales de la misa será hacer solidaridad con monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, que se encuentra condenado por el orteguismo a 27 años de prisión.
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Nicaragua cerró 2022 con una deuda externa total de 14, mil 903.7 millones de dólares, lo que equivale al 95,1 % del producto interior bruto (PIB) del país (15.671,6 millones de dólares), informó el Banco Central nicaragüense.
Ante el aumento de la deuda externa de Nicaragua, el economista Enrique Sáenz, aseguró que si la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúan endeudando al país, las condiciones de vida de los nicaragüenses no mejorarán.
Al menos 44 personas murieron durante las vacaciones de la Semana Santa en Nicaragua. Del total de fallecimientos, 29 se produjeron por sumersión y 15 por accidentes de tránsito, de acuerdo con el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).
En un informe, la institución resaltó que en este 2023 el número de personas ahogadas se incrementó a una cifra de 10 víctimas más, en relación a la temporada del año pasado, que se reportaron 19. Asimismo, detalló que del total de personas ahogadas, 25 fueron hombres y cuatro mujeres, entre los cuales destaca un menor de edad quien perdió la vida al sumergirse en una poza del río Kininowas, en el Municipio de Wiwilí de Jinotega.