La encuestadora nicaragüense oficialista M&R Consultores presentó la mañana de este miércoles, 12 de abril, una supuesta encuesta, a todas luces pagada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo para lavarle la cara, en el papel, al régimen que mantiene a Nicaragua sumida en una profunda crisis política y de derechos humanos que ha sido condenada y denunciada por el mundo entero.
La presentación, en un país donde es un crimen hasta participar en una procesión católica, contó con la cobertura de toda la maquinaria propagandista de Daniel Ortega, y después de la lectura de los «resultados», el oficialismo dispuso a los «analistas» para que aplaudieran los «hallazgos» que fueron leídos por Raúl Obregón, un encuestador que antaño tuvo credibilidad, pero que se ha vuelto en el instrumento favorito del sandinismo para «perfilarse» como un partido y un gobierno conectado con la gente.
Obregón asegura que el 73.1 por ciento de los nicaragüenses están satisfecho con «la democracia que existe en Nicaragua».
Según los datos «idílicos» de la encuesta, las 1,600 personas consultadas en los 15 departamentos y las dos regiones autónomas del Caribe Norte y Sur de Nicaragua, miran al dictador Daniel Ortega como el «bienhechor de los nicaragüenses», pese a la ola represiva que vive el país desde el 2018, y que ha llevado a una crisis social, política y económica que ha desembocado en la fuga de más de 300 mil ciudadanos que han huido del país, incluyendo a conspicuos militantes rojinegros.
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A pesar de que la mayoría de nicaragüenses no aprueba a la dictadura Ortega-Murillo, según la última encuesta de la firma costarricense CID Gallup, M&R Consultores dice, sin sonrojarse, que el 64.5% de los ciudadanos tienen «buena predisposición» del gobernante Frente Sandinista».
Agrega que el 76.4 del pueblo de Nicaragua considera que el dictador Ortega conduce al país por el rumbo correcto. Además asegura que al 73 por ciento de los entrevistados les agrada.
Además señala que el 92.9 por ciento de los nicaragüenses aseguran que en el país se «respira paz», aunque no menciona que «la paz» del sandinismo ha sido impuesta a punta de fusiles, cárcel y destierro de más de 300 nicaragüenses.
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Raúl Obregón, el gerente general de M&R Consultores, detalló que en el Sistema de Monitoreo de Opinión Pública (SISMO) Edición 72; 1er trimestre, «el 92.6% de los entrevistados consideran que la paz del país bajo ninguna circunstancia debe de ser puesta en riesgo», un discurso que calza a cabalidad con las amenazas que todos los días lanza la vicedictora Rosario Murillo.
«Ya se superó la crisis política iniciada en 2018»
En referencia a la crisis política iniciada en 2018, y que actualmente no se ha logrado superar, el estudio afirma que el 83.7 de los nicaragüenses aseguran que dichos sucesos, que dejaron a más de 300 asesinados, decenas de presos políticos y miles de exiliados, «ya se superaron, quedando atrás lo que sucedió en esa época».
Asimismo asegura que 88.3 por ciento de los ciudadanos califican de forma positiva la capacidad del gobierno orteguista de estar pendiente de los problemas y que el 86.8 refiere que Ortega tiene la capacidad para resolver los problemas del país.
Aunque en Nicaragua, la pobreza y falta de empleo es mayor, obligando a que muchos ciudadanos migren a otros países, M&R asegura que el 61.3% afirma para los próximo seis meses la oportunidad de trabajo va a mejorar, mientras que el 62.1 de los nicaragüenses indican que la expectativa económica va a ser mejor. Se le olvidó a Obregón preguntar cuántos miembros de la familia de los consultados ha salido huyendo hacia Estados Unidos, España o Costa Rica.
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Por su parte, la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, se mostró complacida con su encuesta, asegurando que «una vez más el pueblo ha ratificado que queremos paz y porvenir y que queremos vivir tranquilos y estar seguro, con derechos a trabajar y crecer espiritual y materialmente».
Nicaragua arriba a cinco años de represión por parte de la dictadura de Ortega y Murillo, iniciada el 19 de abril, de 2018. Hasta la fecha la situación no ha mermado, más bien continúa la crisis, incrementando el número de presos políticos y de desterrados.