En las celdas de tortura del Complejo Policial Evaristo Vásquez, conocido como «El Nuevo Chipote», se encuentra detenido el periodista independiente Víctor Ticay, corresponsal del Canal 10 en el municipio de Nandaime, Granada. El comunicador fue detenido el pasado seis de abril por la Policía orteguista, luego de cubrir una actividad propia de Semana Santa en su zona.
La organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN) catalogó el arresto arbitrario de Ticay «como una medida represiva y de criminalización de su labor periodística».
«El reportero informaba de actividades religiosas sobre el desarrollo de la Semana Santa en la ciudad de Nandaime, departamento de Granada, lo cual conllevó a su arresto sin justificación alguna», denunció el organismo.
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Han pasado cuatro días de la detención de Víctor Ticay y hasta el momento las autoridades no les han brindado alguna información a los familiares del periodista sobre su estado legal o físico.
Lo que se conoce de manera general es que el corresponsal de Canal 10 fue detenido por la policía sandinista al mediodía del Jueves Santo, después que realizó una transmisión en vivo de una actividad religiosa en su zona de cobertura.
Al ser montado contra su voluntad en una patrulla policial, fue llevado a la estación policial de Nandaime y luego trasladado a las celdas de «El Nuevo Chipote».
Por su parte, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés) demandó al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo la liberación inmediata del periodista Víctor Ticay y dejar de detener a miembros de la prensa en Nicaragua por realizar su trabajo.
«El gobierno nicaragüense ha demostrado una vez más su escaso respeto por el derecho a la libertad de expresión en medio de un absurdo clima de censura total, que se extiende incluso a las actividades religiosas», denunció el director de Programas del CPJ, Carlos Martínez de la Serna.
«Las autoridades deben liberar de inmediato al periodista Víctor Ticay y poner fin a su implacable campaña de intimidación y amenazas a la prensa para que guarde silencio o se exilie», indicó.
En los primeros nueve días de abril, al menos 21 nicaragüenses -entre opositores, periodistas, activistas territoriales e integrantes de la Iglesia católica y su feligresía- han sido arrestados por la dictadura orteguista, según registros del Monitoreo Azul y Blanco.