El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, cumple este lunes, 10 de abril, 234 días de ser rehén de conciencia de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El purpurado fue apresado violentamente por la Policía del régimen la madrugada del 19 de agosto de 2022.
Diversas organizaciones locales e internacionales, políticos influyentes, la Santa Sede y agrupaciones opositoras nicaragüenses han pedido la libertad inmediata del primer obispo nicaragüense apresado por la dictadura sandinista.
«En estos tiempos oscuros donde la dictadura de Daniel Ortega intenta silenciar a quienes levantan la voz por los derechos humanos y la libertad, no olvidemos la lucha incansable de Monseñor Álvarez», escribió en su cuenta de Twitter la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN).
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Después de más un mes y medio de incomunicación, familiares de monseñor Rolando Álvarez pudieron visitarlo la tarde del 25 de marzo. El encuentro se dio en el Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro, conocido como «La Modelo», donde está cautivo el prelado desde el nueve de febrero, cuando se negó a ser desterrado a Estados Unidos.
En las fotografías se aprecia que el obispo está delgado, tiene ojeras muy marcadas, el tono de su piel está amarillenta y el rostro se le nota demacrado, pero se le ve fuerte y de buen ánimo cuando contestó las preguntas del propagandistas Juan Cortés.
La justicia orteguista declaró culpable a monseñor Rolando Álvarez por los supuestos delitos de «traición a la patria» y lo condenó a 26 años de cárcel, le arrebató su nacionalidad y lo despojó de sus derechos civiles y políticos de por vida.
El obispo de Matagalpa es una de las voces más críticas contra la dictadura de Ortega y Murillo, el binomio que controla los hilos del poder en Nicaragua, un país sumido en una crisis sociopolítica, económica y de derechos humanos desde 2018.