La policía georgiana detuvo a 66 personas en una manifestación el martes en la capital Tiflis contra una controvertida ley sobre “agentes del extranjero”, cuyos críticos ven dirigida a medios y oenegés, indicó el gobierno el miércoles.
“Casi 50 policías” fueron heridos en estas protestas, dispersadas con gases lacrimógenos y cañones de agua, añadió el Ministerio de Interior en su comunicado.
El ministerio indicó que cerca del Parlamento georgiano tuvieron lugar “incidentes violentos” y señaló que también hubo “civiles” heridos, aunque no precisó el número.
Según el comunicado, los manifestantes lanzaron piedras y cócteles molotov contra la policía en su intento de lanzar un “ataque organizado” contra el Parlamento. El principal partido de oposición llamó a nuevas protestas.
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El movimiento está dirigida contra un proyecto de ley aprobado por los diputados en primera lectura que obligará a las organizaciones georgianas que perciben más del 20% de sus ingresos del extranjero a registrarse como “agentes del extranjero”, so pena de sanciones.
El texto es similar a una ley adoptada en Rusia en 2012 y que ha permitido acallar a voces críticas, incluidos medios y organizaciones opositoras.
En una nota, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, aseguró que la normativa es “incompatible con los valores y estándares” del bloque, y advirtió que su “adopción final podría tener serias repercusiones” en las relaciones entre Tiflis y Bruselas.
Georgia, una pequeña exrepública soviética situada en el Cáucaso, desea ser parte de la Unión Europea y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Pero estas aspiraciones se ven ensombrecidas por varias medidas aprobadas por el gobierno, que también suscitaron dudas sobre los vínculos con Moscú.