Hace 259 días, el 21 de junio de 2022, fue apresada por supuestamente rendir falso testimonio Martha Candelaria Rivas Hernández, la única presa política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La mujer se negó a declarar en contra del padre Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en Nandaime. La justicia del régimen intentó que Martha Candelaria acusara al sacerdote de haberla agredido con un candado en el rostro en mayo de ese mismo año.
En un primer momento declaró a una plataforma digital que el sacerdote de Nandaime la golpeó con un candado después de una discusión que sostuvieron la noche del 30 de mayo en la Iglesia Jesús de Nazareno, la cual es presidida por el religioso. Sin embargo, días después se retractó y dijo que todo se trató de un «accidente», razón por la que no firmó la denuncia.
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Según el Mecanismo para el Reconocimiento de las Personas Presas Políticas, Rivas Hernández es madre soltera de dos menores de edad y fue detenida, enjuiciada y condenada por motivos políticos.
«En un video difundido por medios oficialistas en el que Martha se nota claramente incómoda y cuestionada por entrevistadores, menciona explícitamente que sus golpes fueron producto de un accidente cuando el padre Manuel abría un portón. Fue injustamente acusada por falso testimonio en contra del Estado de Nicaragua», explica la organización.
Uno de los testigos claves que usó la Fiscalía para acusar a la mujer del presunto delito de falso testimonio fue su exesposo. El hombre declaró que los golpes que presentaba su expareja fueron provocados por el religioso, razón por la que supuestamente Rivas Hernández estaría mintiendo en su testimonio.
La justicia orteguista condenó a la mujer a cinco años de cárcel. Actualmente recluida en el Sistema Penitenciario Nacional (SPN) de Granada.