El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció asilo y la nacionalidad a los nicaragüenses que han sido declarados apátridas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Por el momento son 317 personas que fueron despojados de la nacionalidad por parte de la justicia de la dictadura orteguista.
López Obrador se había abstenido de responder las consultas de los periodistas sobre la situación de Nicaragua y el destierro de 222 personas presas políticas a Estados Unidos. México se une a España, Argentina y Chile que han ofrecido la nacionalidad a los nicas declarados «traidores a la patria».
«México siempre ha estado abierto a dar protección y hacer valer el derecho de asilo. Si se solicita, si se pide, si se considera posible, nosotros estamos en la mejor disposición», respondió el presidente mexicano en su acostumbrada conferencia «mañanera».
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«La nacionalidad no se puede perder por decreto. El asilo o lo que quieran, los que deseen venir a México», añadió el mandatario en alusión a la reforma del artículo 21 de la Constitución Política de la República de Nicaragua que fue aprobado en la Asamblea Nacional del país centroamericano, dominada por el oficialismo.
A la apertura del país norteamericano también se suman las peticiones de recibir asilo en México, según le informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) al mandatario López Obrador. El presidente afirmó que se procederá con las solicitudes de protección internacional.
«Ha habido en Nicaragua personas que han pedido estar en México, me lo informó el secretario de Relaciones Exteriores y me consultó. La instrucción es que todos los que quieran estar en nuestro país tienen las puertas abiertas y son bien recibidos», manifestó.
México es el tercer país latinoamericano que ofrece protección internacional y la nacionalidad a los nicaragüenses despojados de su ciudadanía por la dictadura de los Ortega Murillo. En una semana, entre el nueve y el 15 de febrero, a 317 personas le fue arrebatada la nacionalidad. Estas acciones representan una nueva fase de la represión del régimen contra la oposición.