La abogada Azahálea Solís y la periodista Sofía Montenegro salieron de Nicaragua, luego de que el régimen de Daniel Ortega las despojara de su nacionalidad, las declarara prófugas de la justicia y confiscara el departamento donde ambas feministas habitaban.
Según la información obtenida por fuentes del medio digital Divergentes, las dos activistas tuvieron que salir del país por puntos ciegos al poco tiempo de conocer las acusaciones en su contra. Fueron las primeras en confirmar a medios nacionales la toma de sus viviendas de parte de la dictadura.
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Divergentes informó que en el condominio Amazonia, donde vivían Montenegro y Solís, las autoridades de la Intendencia de la Propiedad notificaron a los habitantes que sus casas también serían ocupadas, porque fueron declaradas propiedad del Estado. Si la gente quiere seguir habitando dentro de las viviendas, deberán pagar un arrendamiento de 500 dólares al Estado.
La Prensa informó que conoce de otros casos de allanamientos de viviendas, pero estas personas han preferido no denunciar el hecho por temor a represalias en contra de sus familiares.
En una semana, el régimen orteguista ha desnaturalizado a 317 nicaragüenses, entre estos, escritores, religiosos, periodistas, defensores de derechos humanos, y políticos, y los ha acusado de «traidores a la patria». Además, ordenó ocupar todos los bienes de estas personas.
En la resolución, leída por el magistrado presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, Ernesto Rodríguez, la dictadura además ordenó «la inmovilización y el decomiso a favor del Estado de Nicaragua de todos los bienes inmuebles y sociedades que los procesados tengan inscrita a su favor, ya sea a título personal, o de persona jurídica o sociedades en la que participan como socios, para responder por los delitos cometidos».
Al igual que al primer grupo de 222 presos políticos declarados apátridas, el tribunal nicaragüense dijo que los 94 ciudadanos habían sido acusados por el Ministerio Público por los delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional en concurso real con el delito de propagación de noticias falsas a través de la tecnología de la información y de la comunicación, todo en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad.
Empezó el robo de casas, autos, tierras, empresas, etc. Mañana vieja.