El exreo político y exaspirante presidencial Medardo Mairena calificó el encierro que sufrió por más de 19 meses en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua como una situación «muy difícil porque obviamente nadie debería estar preso por temas políticos o por pensar distinto al gobierno —de Daniel Ortega—».
Luego de ser condenado a 13 años de cárcel por el supuesto delito de menoscabo a la integridad nacional, el líder campesino fue liberado y desterrado de Nicaragua hacia Estados Unidos el nueve de febrero, junto a otros 221 exsecuestrados políticos.
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Tras su destierro, Mairena calificó al régimen de Nicaragua como «un desgobierno» porque afirma que «un verdadero gobierno estaría velando por la ciudadanía y sacar adelante el país, pero — Daniel— Ortega se ha dedicado a destruir la economía del país y a nuestras familias que cada vez están divididas».
Agregó en entrevista con Artículo 66 que pese a la situación difícil que atraviesa el país tiene «la fe en Dios que ya puso la mano, nos alcanzó con su misericordia y nos liberó por segunda vez de la cárcel y tenemos fe que pronto que muy pronto serán liberados los otros hermanos que continúan tras los barrotes —de las cárceles de Nicaragua».
Reiteró que a pesar de la situación difícil que atraviesa el país tiene «la fe en Dios que ya puso la mano, nos alcanzó con su misericordia y nos liberó por segunda vez de la cárcel y tenemos fe que pronto que muy pronto serán liberados los otros hermanos que continúan tras los barrotes —de las cárceles de Nicaragua—, incluyendo monseñor Álvarez que aún continúa encarcelado».
«Dios muy pronto concederá el milagro a cada uno de ellos —los presos políticos— y la libertad de Nicaragua y podamos alcanzar al democratización de nuestro país», enfatizó.
«Es inhumano mantener preso a personas inocentes»
Para Mairena es inhumano e injusto que el régimen de Daniel Ortega mantenga «a personas inocentes en las cárceles, porque no solo perjudican a las personas que secuestran, sino que afectan a todo un núcleo familiar».
«Como padre de familia tenemos responsabilidad, pero cuando pasan estas situaciones adversas, afectan grandemente a los hijos y más cuando son menores de edad», afirmó.
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En cuanto al ser rehén político por segunda ocasión, el exaspirante presidencial dijo no arrepentirse de ser opositor al a la dictadura orteguista. «Nunca me arrepiento de lo que hago porque no hago cosas ilícitas o que puedan perjudicar a mi familia», puntualizó.
«El trabajo que he venido haciendo desde hace largos nueve años ha sido defender derechos humanos, así que no tengo de qué arrepentirme si no he hecho daño a nadie», remarcó.
«Estuve en celda de castigo por el odio en mi contra»
Referente al cautiverio por más de año y medio, Medardo Mairena relató que por más de 14 meses estuvo en una celda de castigo y en situaciones hostiles.
Aseveró que las condiciones son difíciles en el encierro que vivió y señala que «no deberían de existir esas cárceles de castigo porque te aíslan y no sabes nada de tu familia y más saber que el odio —del régimen de Nicaragua— que ha manifestado hacia mi persona es cada vez más notorio».
Debido al encierro extremo, Mairena contó que tuvo que realizar una huelga de hambre «y luego de estar tres días sin alimentos me sacaron de la celda de castigo, poniéndome en una mejor condición, pero eso ya fue en la recta final de mi cautiverio».
Pese al destierro, el opositor señaló que seguirá desde su «trinchera» seguirán luchando «para pronto Dios nos conceda el milagro de la libertad de nuestro país».
«Nos arrebataron las calles pero nuestra lucha espiritual continúa y reo como hombre de fe que Dios seguirá haciendo el milagro para nuestro país», concluyó.