Hader Humberto González Zeledón, originario de Masaya, fue liberado y desterrado de Nicaragua el nueve de febrero, junto a otros 221 exreos políticos que estuvieron cautivos en las diferentes cárceles del país.
El opositor estuvo preso por más de dos años en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro de Tipitapa, luego que el Ejército de Nicaragua lo capturó el 16 de agosto de 2020, en una zona fronteriza con Costa Rica, cuando junto con el también exsecuestrado político Cristian David Meneses Machado intentaban cruzar a suelo nicaragüense.
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Tras un juicio calificado como arbitrario, la jueza Nancy Aguirre, del Juzgado Décimo Distrito de Juicio de Managua, condenó a ambos opositores a 48 años de cárcel y 700 días multa por los supuestos delitos de crimen organizado, asesinato agravado, tráfico de estupefacientes, psicotrópicos y otras sustancias controladas; tráfico, uso y tenencia ilegal de armas restringidas en perjuicio del Estado de Nicaragua.
En una entrevista con Artículo 66, González Zeledón relató que todo su encierro lo pasó en las celdas de máxima seguridad de «La Modelo». También señaló que tanto él como Cristian Meneses fueron torturados «desde nuestra captura hasta nuestra liberación».
Denunció que el martes, siete de febrero —dos días antes de la liberación— fue golpeado por última vez por custodios del penal, a los que califica como «verdaderos verdugos».
Pese al cautiverio que sufrió, el opositor afirmó que «Dios mi Señor y creador sanó mis heridas, él fue mi consolador; la cárcel me enseñó muchas cosas y una de ellas fue “dejarle la venganza al Señor”, dice primera de Tesalonicenses. Dios es justo y hará que sufran quienes nos ocasionaron sufrimiento».
«Tuvimos que recurrir a una potencia para ser libres»
González dijo que «lamentablemente Nicaragua» está lejos de conocer el verdadero significado de la palabra libertad, porque «siempre vamos a tener que recurrir a una potencia foránea para que pongan a los gobernantes —Daniel Ortega y Rosario Murillo en orden».
«Lamentablemente todo el que llega al poder solo se preocupa por llenar sus bolsillos y no vela por los intereses del ciudadano y en mejorar la educación en nuestra amada patria, para poder sacar a una nación adelante, para ser un país competitivo», sostuvo.
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En cuanto a su posición política, Hader González dijo considerarse un opositor al régimen de Ortega, pero no así un enemigo. «Estuve preso por ser un opositor, por no compartir sus ideales y pensamientos», remarcó.
En referencia a la crisis sociopolítica que vive Nicaragua, el exrehén político refirió que el país sufre por «un régimen opresor y genocida, además del nepotismo «en todo su esplendor, porque es una familia la que gobierna».
Ahora en libertad, el opositor asegura que está tratando de iniciar una nueva etapa de su vida, soñando con poder regresar a Nicaragua cuando haya libertad. «Ahorita estoy trabajando, buscando cómo sobrevivir al igual que todos los que salimos de la cárcel después de estar injustamente secuestrados», concluyó.