El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, se negó a ser desterrado por el régimen de Daniel Ortega. Esta mañana, la dictadura decidió enviar a 222 presos políticos «deportados» con destino a Estados Unidos. Afirman que el jerarca fue trasladado a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial en Managua, conocido como «El Nuevo Chipote».
«Que sean libres, yo pago la condena de ellos», fueron las palabras del líder religioso, según una fuente católica consultada por el periódico español El País. Agregan que la policía lo sacó del inmueble donde cumplía arresto domiciliario y fue trasladado al centro de torturas de El Chipote, tras negarse a abordar el avión que llevó a los encarcelados a Washington.
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Ortega adelantó para este próximo miércoles, 15 de febrero, el juicio contra monseñor Rolando Álvarez. En primera instancia, el proceso por los presuntos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, en contra del obispo estaba programado para el martes, 28 de marzo.
Entre el grupo enviado fuera del país, que representa más del 80 % de los detenidos por el régimen, hay candidatos a la Presidencia de Nicaragua, periodistas, defensores de derechos humanos y activistas. A la mayoría de los «deportados» el régimen los había acusado de «traición a la patria y menoscabo a la defensa, la soberanía y autodeterminación para la paz».
El Cento Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) señaló que «la deportación es completamente inaplicable en este caso, porque esta figura jurídica migratoria que se aplica específicamente a extranjeros que han cometido delitos en este país, están llamándole deportación a un destierro que está absolutamente prohibido en todas las legislaciones y las normas internacionales de derechos humanos».
En el caso de monseñor Álvarez, la Iglesia católica de Nicaragua continúa sin pronunciarse al respecto de su situación. Anteriormente, el jerarca se encontraba en casa de su familia en Managua.
Monseñor Álvarez es el primer obispo de la provincia eclesiástica de Nicaragua que es encarcelado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Otros sacerdotes, laicos, periodistas y seminaristas también fueron tomados como presos políticos por el régimen y liberados esta mañana. Algunos fueron acusados de los mismos delitos que el obispo y otros por supuestas causas comunes.