Joe Biden, optimista por naturaleza, realzará sus logros económicos este martes en su discurso sobre el estado de la Unión ante el Congreso para convencer a los estadounidenses de que lo reelijan en 2024 a pesar de su edad, si finalmente se presenta a las presidenciales.
El presidente demócrata no es un gran orador ni tiene el carisma de algunos de sus predecesores, pero ha demostrado que sabe ganarse la simpatía de muchos estadounidenses con su optimismo y su talante más bien moderado.
Biden dirá que hay que hacer “progresos” pero, ante todo, la sociedad tiene que “ser optimista”, afirmó su principal asesor económico Brian Deese.
Millones de telespectadores suelen seguir en directo este discurso que comenzará a las 21H00 (02H00 GMT del miércoles), un ritual político en Estados Unidos salpicado, como siempre, de los aplausos de sus filas y muecas del campo contrario: en este caso los republicanos.
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Las cosas han cambiado mucho en los últimos 12 meses, algunas en su favor y otras en contra.
La inflación, motivo de insomnio para muchas familias, disminuye (en torno al 6%) y la tasa de desempleo es la más baja en más de 50 años, dos datos que recalcará.
“Quiero hablar con el pueblo estadounidense y hacerle saber el estado de las cosas”, reconoció el presidente demócrata.
– Muy optimista –
Será por tanto una “conversación con el pueblo”, para “conectarse” con él, como declaró el martes a MSNBC, en un momento en el que todos sus consejeros dan por sentado que se presentará a la reelección.
“Este es un presidente increíblemente optimista”, afirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
La economía va bien y Biden quiere probar que se debe en gran medida a sus colosales programas de inversiones y a las reformas puestas en marcha desde que llegó a la Casa Blanca, en enero de 2021.
Biden podrá presumir además de liderar la ayuda a Ucrania en la guerra contra Rusia. Lo hará por segunda vez delante de la embajadora ucraniana, Oksana Markarova, quien el año pasado recibió una ovación en pie de los presentes.
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China, su prioridad de política internacional como rival estratégico, le está dando más dolores de cabeza que de costumbre. Poco antes del discurso estaba previsto que el jefe de la diplomacia viajara a Pekín, pero la visita se aplazó después de que Washington detectara un globo chino que sobrevolaba territorio estadounidense.
La Casa Blanca lo derribó días después al sostener que el aparato estaba destinado al espionaje, un episodio que ha tensado las relaciones entre ambas potencias.
– Violencia policial-
Puertas adentro tampoco le faltan problemas. La violencia policial es uno de los que abordará con la presencia de los padres de Tyre Nichols, un afroestadounidense muerto a manos de la policía.
La posesión de armas será otro de los temas que probablemente aborde, frente a uno de los “héroes” que tanto gustan en Estados Unidos: Brandon Tsay, quien desarmó al autor de un tiroteo mortal contra la comunidad asiática en California.
Entre los invitados de la primera dama, Jill Biden, para el discurso destaca el cantante Bono, como activista de la lucha contra el sida, una mujer que casi se muere de un aborto espontáneo porque los médicos se negaron a atenderla por miedo a infringir una ley que restringe la interrupción del embarazo, el padre de una víctima de una sobredosis de fentanilo, una pareja de lesbianas y supervivientes del cáncer, un tema doloroso para el presidente que ha perdido a un hijo por esta enfermedad.
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Hace un año, cuando pronunció su primer discurso, su partido controlaba la Cámara de Representantes pero ahora está en minoría, después de que los republicanos le arrebataran el control en las elecciones de mitad mandato de noviembre.
Y los republicanos le han declarado la guerra política. Por el momento se niegan a aumentar el techo de la deuda y evitar que la primera economía mundial caiga en un default catastrófico, y han emprendido un embate parlamentario sobre temas como la crisis migratoria en la frontera con México.
Con todo, el nuevo jefe conservador de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, que se sentará detrás de él, aseguró que “respeta al bando contrario” y descartó romper en pedazos el discurso como hizo en 2020 su predecesora demócrata, Nancy Pelosi, con el expresidente republicano Donald Trump, quien ya ha anunciado que entrará de nuevo en carrera por la Casa Blanca.
“El estado de la unión es más débil y las familias estadounidenses están sufriendo por culpa de Joe Biden”, afirmó no obstante la presidenta del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel. “Todo lo que escucharán de Biden son excusas”, vaticinó.
En cualquier caso, el presidente hablará a sabiendas de que las encuestas son desfavorables.
El 62% cree que “no ha hecho mucho” o “casi nada” y dentro de los votantes demócratas el 38% quiere a otro candidato para 2024, según una encuesta del Washington Post/ABC.
Otro sondeo, de CBS/YouGov, preguntó a los estadounidenses que eligieran el término que mejor describía “el estado” de su país. En lo primero que pensaron fue “dividido” (62%), seguido de “en declive” (49%) y “débil” (41%). Lejos queda “fuerte” (13%), “próspero” (11%) y “unido” (10%).
Pero es poco probable que Biden se deje amilanar. Está acostumbrado. Ya le predijeron una derrota descomunal en los comicios de noviembre pasado que se quedó en una predicción fallida.