La crisis sociopolítica de 2018, la llegada de la pandemia del COVID-19 en 2020 y la salida de miles de migrantes nicaragüenses en busca de mejores condiciones económicas y oportunidades, se refleja en varios sectores, uno de ellos es el caso de los dueños de juegos mecánicos, quienes se sienten afectados ante la falta de clientes para subsistir y continuar operando en el país.
Parece ser que los tradicionales juegos mecánicos que con el ruido de sus viejos motores, y a veces oxidados, que anuncian la llegada de las fiestas patronales en los pueblos del país, están quedando en el olvido y podrían cesar sus operaciones, pues para sus dueños ya no es rentable continuar viajando de ciudad en ciudad en busca de sostenimiento.
Vicente Inocencio Moraga, un veterano con más de 30 años en la industria de juegos mecánicos en Nicaragua, permanece todas las noches a la espera de clientes para encender sus «viejas locomotoras» y hacer funcionar aquel pequeño parque de diversiones que se desplomaba frente a las largas filas de personas que se reunían para entrar a las barreras de toros y «chinamos».
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Sus gastadas manos solo dan abasto para tocar un botón y encender un viejo carrusel con caballos casi desfigurados y un juego de tazas desolado que se apaga con aquellos antiguos bombillos incandescentes de luz amarilla.
Lo que «logran hacer» no cubre pagos
Moraga lamenta que la ciudadanía no visite los parques de entretenimiento como solía ocurrir hace décadas, pues el alza en el precio de la canasta básica sigue siendo prioridad para las familias nicaragüenses, y otro sector poblacional prefiere malgastar su dinero en la compra de licor, las fiestas y las montadas de toros.
«Aquí ya se perdió (la inversión) porque aquí no juegan, le hacen más a la barrera (de toros) y al guaro», dice Moraga a su llegada en las fiestas patronales de Esquipulas en Carretera a Masaya donde esperaba mejorar sus ingresos por las fiestas patronales en honor al venerado Cristo Negro, que se celebra en varios municipios del país.
«Estamos luchando y buscando (dinero) para el transporte y poder jalar (irse) hacia otro lado», dijo entre lamentos.
A casi dos meses de haberse instalado en esta comarca, Moraga reconoce que ha sido insuficiente el alcance de las ganancias para el pago de sus ayudantes y el alquiler del lugar, que se ubica en una plaza pública, contiguo al Centro de Salud de la localidad.
Por ello, prevé la desinstalación de sus maquinarias para proceder a trasladarse al municipio de La Paz, en Carazo, donde espera «probar suerte», pues asegura que las mejores ganancias las ha adquirido en Nagarote y La Paz Centro, municipios de León; y en La Concepción, Masaya.
Pago de los impuestos
Por su parte, el dueño de los juegos mecánicos Nica-Mexicano que se ubica frente al Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Candelaria, en Diriomo, Granada, aseguró que los gastos como parque de diversión no solo incurren en movilidad y pago de colaboradores, sino también en la cancelación a los impuestos con la Policía y la Alcaldía municipal.
El ciudadano, quien prefirió el anonimato, dijo que desde hace 10 días inició sus operaciones en Diriomo por motivo de las fiestas patronales del pueblo, pero no cree que haya sido la mejor decisión, pues aseguró que las ventas se muestran a la baja en comparación a otros años y eso podría debilitar aún más las oportunidades para continuar operando.
No obstante, mantiene las esperanzas de que en los próximos días, que son los principales de las fiestas a la Virgen de Candelaria, las asistencias de visitantes y clientes incrementen en el municipio. «No todos los años son iguales, hay años duros y años suaves (por ahora) nos ha ido regular (pues) no ha estado tan bueno. Aquí llevamos como 10 días», indicó.
El dueño de este parque de diversiones también hizo referencia a la modernización de los juegos mecánicos, pues a su criterio «lo viejo está pasando a la historia», en referencia a las locomotoras que han sido desplazadas por nuevos atractivos como los carros chocones que son nuevas inversión para atraer clientes.
Los costos para disfrutar de estos parques de diversiones que llegan con toda la carrocería a los pueblos del país, oscilan entre 25 y 30 córdobas, representando un alivio para el bolsillo de los nicaragüenses, en comparación a los parques de diversiones internacionales que se instalan en la capital, que podrían costar 50 o más, por cada juego.
Por Voces Unidas
