La dictadura de Daniel Ortega ordenó pasar a retiro al comisionado general Adolfo Marenco, jefe de la Dirección de Investigación Policial e Inteligencia Política de la Policía Nacional, según el acuerdo presidencial No. 177-2022, publicado en La Gaceta Diario Oficial No. 222 de este viernes, 25 de noviembre de 2022. Marenco era considerado los «ojos y oídos» de la pareja presidencial y la cuarta persona más poderosa del país, solo detrás de Ortega, Murillo y Néstor Moncada Lau.
Pero su poder parece haber llegado a su fin en la institución policial que dirige el primer comisionado Francisco Díaz, el consuegro de la pareja dictatorial que manda con mano de hierro en Nicaragua. Según expertos en seguridad, Marenco era una pieza clave en el estado policial que Ortega y Murillo han impuesto en el país desde la revuelta social de 2018 que fueron reprimidas a sangre y fuego por la Policía al servicio del régimen.
Noticia relacionada:Jefe de Inteligencia, Zhukov Serrano, es nombrado subdirector de la Policía
Adolfo Marenco era tildado como el «brazo siniestro» y «operador en la sombra» de la estrategia represiva dictadura en la Policía porque tenía acceso y recababa cualquier tipo de información necesaria para dicha estrategia contra la oposición o los mismos sandinistas, según un perfil publicado por Confidencial en 2020.
El comisionado general en retiro ingresó a la Policía Sandinista en 1985, en la primera dictadura sandinista en la década de los 80. Ya en la institución, un amigo de su papá lo llevó a la delegación policial de Juigalpa para que no se enlistara en el Servicio Militar Patriótico. Después estuvo en servicio en otras unidades policiales de la quinta región, que incluía Bluefields hasta mediados de los 90, donde, según las fuentes consultadas por el medio, Marenco desarrolló una «vocación especial» por la investigación.
Su expertise adquirida en los años de servicio le valieron para ascender en el escalafón policial y llegar a subcomisionado y segundo jefe de la unidad departamental de Madriz y en 1999 fue nombrado segundo jefe policial de Masaya, de donde es originario. Un año después fue designado jefe de uno de los departamentos de investigaciones policiales de la Policía. Marenco estaba a cargo del departamento que investigaba y mantenía una vigilancia secreta de delincuentes de alta peligrosidad.
En 2009 el comisionado general en retiro fue nombrado en la jefatura de la Secretaría Ejecutiva de la Policía porque necesitaban a alguien que tuviera estricto control y orden. Adolfo Marenco reunía esas cualidades.
También incursionó en el deporte rey de Nicaragua a través de la Federación Nicaragüense de Béisbol (Feniba) donde llegó a ocupar la Presidencia. En ese puesto, según periodistas deportivos, era un persona que esquivaba las críticas y se molestaba.
En 2012 fue ascendido a comisionado general y renunció a su cargo en la Feniba. Ese mismo año asumió la Dirección de Inteligencia de la Policía, en ese puesto fue que tuvo un acercamiento con Néstor Moncada Lau, asesor de seguridad del dictador Daniel Ortega. En esa dependencia policial se dejó de perseguir las actuaciones delictivas para ir tras las informaciones de carácter político desde hace siete años, en 2015 cuando asumió la jefatura de Inteligencia Policial e Investigación Política.
En 2017 fue nombrado por Ortega encargado del Consejo Nacional contra el Crimen Organizado, un cargo que le permite acceso a la Unidad de Análisis Financiero (UAF), la Superintendencia de Bancos (SIBOIF), la Dirección General de Ingresos (DGI), el Ministerio de Gobernación (Migob) y demás instituciones, convirtiéndolo en el todopoderoso de la información en Nicaragua.
Noticia relacionada: Régimen designa a comisionado en retiro Horacio Rocha como asesor de seguridad de Ortega
Su dependencia policial monitorea a los medios de comunicación y periodistas, a los líderes surgidos en abril 2018. A raíz de la crisis sociopolítica, su personal se encargó de infiltrar agentes de confianza y subordinación en la búsqueda de información clave para ejecutar las operación limpieza e identificar a los liderazgos espontáneos de la revuelta social.
En febrero de 2019, durante una reunión con las bases del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la exministra de Gobernación, Ana Isabel Morales, confirmó que el Ejército de Nicaragua y la Policía realizaban labores de espionaje contra quienes adversan a Ortega.