Un tribunal de Sudán anuló hoy la condena a muerte por lapidación dictada el pasado junio contra una joven de 20 años que fue acusada de cometer adulterio, una pena que fue duramente criticada por organizaciones de derechos humanos al ser la primera de este tipo en diez años en el país africano.
La abogada de la joven, Intisar Abdulá, dijo en un comunicado que el Tribunal de Apelación del estado Nilo Blanco, en el sur de Sudán, decidió suspender la sentencia, que fue dictada en primera instancia en junio, y devolvió el caso a la corte para que sea reconsiderado.
La condenada, Maryam Alsayed Tiyrab, no tuvo acceso a un abogado durante el primer juicio, según el tribunal, que alegó además que la joven fue víctima de un matrimonio forzado que duró tres meses y que posteriormente mantuvo relaciones sexuales con otro hombre mientras seguía residiendo en la vivienda familiar de su exmarido.
Según el equipo de abogados de Tiyrab, la joven además “no tuvo un juicio justo” y su condena estuvo basada en unas confesiones sacadas “a la fuerza”.
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La condena a muerte por apedreamiento está estipulada en el artículo 146 del Código Penal sudanés, pero varios expertos critican que este castigo no haya sido erradicado después de que Sudán firmara diversos pactos y convenios internacionales en materia de derechos humanos.
En 2020, el Gobierno de transición sudanés anunció una serie de reformas de algunas de las penas capitales, pero no se incluía el apedreamiento.
Sin embargo, la reforma quedó paralizada tras el golpe de Estado militar que derrocó al Ejecutivo civil en octubre de 2021.
La última sentencia a muerte por lapidación en un delito de adulterio en Sudán fue emitida en 2013, pero la decisión también fue revocada por el Tribunal Supremo sudanés.
Sudan es firmante del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, que estipula que se debe garantizar la igualdad ante la ley, la no discriminación, prohíbe la tortura, el trato cruel, y su artículo 6 de el indica que la pena de muerte solo se puede imponer “por los más graves delitos”. EFE