El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, reaccionó a las recientes declaraciones del dictador de Nicaragua, Daniel Ortega. quien señaló que el país vecino es «una base de terrorista», en referencia los opositores exiliados.
Según el mandatario nicaragüense, supuestamente los opositores exiliados a causa de la persecución de su régimen intentaron promover acciones violentas durante sus votaciones apoyados por los gobiernos de los Estados Unidos y la Unión Europea.
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«Hicieron planes auspiciados por yanquis y gobiernos europeos cuyos embajadores se reúnen aquí para conspirar con terroristas para que promuevan violencia, terror. A pesar de esos millones que les invierten desde Costa Rica, porque Costa Rica es una base que tienes ellos allí», acusó el dictador, durante el acto por el aniversario de la muerte de Carlos Fonseca,
En respuesta, Chaves afirmó que «Costa Rica no es base de ningún grupo terrorista. El Gobierno de la República es absolutamente adherido a las normas de convivencia internacional. Nosotros no le estamos dando refugio a ningún terrorista para que ataque o planee ataques a ningún ningún país vecino».
Asimismo, dijo que su país quiere mantener sus relaciones cordiales con todos los países del mundo, «y continuaremos en esa línea como un ícono de paz, de estabilidad».
También aseveró que el vecino país del sur es un ejemplo «brillante» al mundo de como «una democracia puede funcionar y debe funcionar» sin Ejército, sin fuerzas armadas.
Según Ortega, sus cuestionados procesos municipales fueron una una lección de paz. «Ni hubieron altercados, no hubieron pedradas, no hubieron pleitos, no hubieron balazos, heridos ni muertos».
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«Eso significa que todos los nicaragüenses de diferentes pensamientos políticos, de diferentes ideologías, de pensamientos religiosos han visto los frutos de la paz, porque quien puede negar que ha habido progreso», recalcó.
Pese al rechazo de muchos países, entre ellos el de Chile, quienes criticaron las elecciones sin competencia, la dictadura de Ortega ha afirmado que fue «un proceso histórico» el quedarse con las 153 alcaldías del país.
Según el observatorio Urnas Abiertas, en los procesos municipales hubo una amplia abstención de votantes, donde solo un poco más de 18 por ciento de nicaragüenses, en su mayoría trabajadores del Estado acudieron a las urnas.