La familia del niño nicaragüense de ocho años, atacado y arrastrado por un cocodrilo en el río Matina en Costa Rica continúa su búsqueda. El padre del menor dice que no ha perdido las esperanzas que el cuerpo del menor aparezca. Con el paso de los días las posibilidades se disminuyen.
Julio Otero es el padre del niño y contó a Univisión que la desaparición del cuerpo de su hijo fue «una puñalada en el corazón». El hombre, junto a su esposa e hijos, llegó hace cuatro años al Caribe costarricense para trabajar en una plantación bananera, pero nunca imagino que vería morir a uno de sus vástagos de esa forma.
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El reptil tomó en sus fauces a su hijo y ante la mirada atónita de la familia arrastró el cuerpo del menor que estaba en el río. Uno de los testigos afirmó que vio una escena aterradora: «Lo sacudió (al niño) y le arrancó la cabecita. De ahí lo volvió a agarrar y lo aterró (en el río)», contó Wilfredo Centeno al medio internacional.
El niño acompañaba a sus padres a pescar en la zona cuando se registró el trágico suceso el pasado domingo a eso de las 4:14 p.m., en comunidad Matina en Limón. Tras el ataque, el animal arrastró el cuerpo hacia la profundidad del río, donde aún no hay rastros del cuerpo.
La Cruz Roja informó que daba por concluida la búsqueda del menor después de activar a rescatistas en lanchas para intentar dar con el paradero del niño,
Medios costarricenses afirman que esa decisión tomaron las demás autoridades debido a la falta de rastros y evidencias, pues todo indica a que el cocodrilo se comió al pequeño. El animal fue localizado a 150 metros de donde se registró el ataque.
Los padres del menor quieren encontrar el cadáver del niño para darle cristiana sepultura y han solicitado el apoyo de pobladores de la zona para continuar la búsqueda.