La organización humanitaria Texas Nicaraguan Community (TNC) está solicitando ayuda a la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua para que dos madres nicaragüenses que perdieron a sus hijos cuando intentaron —en febrero y mayo respectivamente— cruzar el río Bravo, puedan viajar con una visa humanitaria para hacerse la prueba de ADN y proceder con los trámites de repatriación.
Los cuerpos de los ciudadanos corresponden a Francisco Jose Téllez y Kelvin Antonio Torrez Medina. Permanecen en la Morgue de Webb County en Laredo, Texas; Estados Unidos.
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La iniciativa de TNC se da luego que —según denuncian— el cónsul de Nicaragua en Texas, Samuel Trejos, «se ha desligado de ayudar a estas familias a resolver la situación de la toma de muestras de ADN en Nicaragua».
Agregaron que Trejos «ya no contesta ni correos electrónicos ni llamadas» que se le han hecho llegar para que agilice las gestiones pertinentes para la repatriación de los cuerpos.
Recientemente el organismo humanitario denunció que existe negligencia de parte del régimen de Nicaragua en la repatriación de cuerpo de ciudadanos que han perecido en su travesía por llegar a Estados Unidos. Reiteraron que el tiempo pasa y aún no reciben respuestas de parte del cónsul nicaragüense en Texas.
«Tenemos un compromiso en la búsqueda, con nuestros connacionales. De los cuatro que tenemos en reporte de búsqueda solo uno ya está en proceso de identificación, el cuerpo de Lester Castillo Jarquín, su hermano fue a tomarse la prueba de ADN a la morgue de Laredo, Texas. ¿Qué sucede con el resto?», cuestionó la organización.
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«La morgue de Laredo, Texas, está saturada de cuerpos en condición de no identificados, y mientras no existe un reporte oficial de búsqueda, por parte del Gobierno de Nicaragua, en este caso el reporte del Consulado en Houston, Texas, no abren ningún proceso de búsqueda de identidad en la morgue», explica la comunidad nicaragüense en Estados Unidos.
Actualmente, Nicaragua ocupa el tercer puesto entre los países que más migrantes viajan a Estados Unidos, solo superada por Guatemala y Honduras. Al menos unos 30 de nicaragüenses han perecido tras intentar llegar a tierras norteamericanas. Algunos mueren al cruzar el río Bravo, otros son víctimas de extorsión o secuestro.

El último cuerpo en ser repatriado a Nicaragua fue el del migrante Eliazar Josué Pérez Quintero, de 32 años, fallecido el siete de octubre en un accidente de tránsito en el municipio de Sabinas, Coahuila, en México.
Según TNC, el cuerpo del nicaragüense fue trasladado en un vuelo de la aerolínea Avianca ayer domingo, 23 de octubre, y remarcó una vez más que que el Instituto Nacional de Migración no aportó ayuda para el traslado, «pese a que el caso fue catalogado de trasporte de indocumentados y trata de personas y solo se fue en trámite administrativo sin resolución alguna».