Los familiares de la presa política Evelyn Pinto denuncian que a casi un año de su detención todavía no se le han realizado chequeos médicos que determinen su estado de salud actual. La activista necesita atención médica y dosificación de su medicina.
«Mi madre es una persona adulta mayor, sobreviviente de cáncer, padece insuficiencia renal crónica, hipertensión, hernia hiatal, artrosis, entre otras enfermedades. Pronto cumplirá un año privada de libertad y aun no se le ha realizado el chequeo médico requerido para el control de sus enfermedades. Ella necesita realizarse exámenes periódicos al menos cada dos o tres meses», afirma su hija Sylvia Nadine.
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«El 31 de marzo, en el Penal de La Esperanza, donde está privada de libertad, la valoró una médica internista, esta doctora por su facultad y deber profesional, prescribió y ordenó una serie de exámenes médicos que mi madre requiere para el control de sus enfermedades y la dosificación de sus medicamentos. Han pasado 6 meses y medio, desde esta última prescripción médica y aún no le realizan los exámenes que necesita», añade Nadine en un comunicado emitido esta tarde.

Además, denuncia que en este tiempo que lleva en prisión Pinto ha presentado dolencias musculares, calambres, crisis hipertensiva, síntomas de COVID-19 (sin confirmar ya que no le hicieron prueba covid), infección en vías respiratorias y alergias varias.
Pinto enfrenta una condena de ocho años de cárcel, más 500 días multa, además de inhabilitarla de ejercer cargos públicos. La jueza Irma Oralia Laguna Cruz, del Juzgado Primero de Juicio de Managua, fue la encargada de leer la sentencia a la rehén de conciencia por los supuestos delitos de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional» y ciberdelitos.
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La presa política forma parte del grupo de rehenes de conciencia de la tercera edad del régimen de Nicaragua. Forma parte de la lista de mujeres opositoras cautivas por razones políticas en los diferentes sistemas penitenciarios del país.
Sus familiares reiteran que han ofrecido «distintas formas para que se le realicen los exámenes, y costear/pagar los mismos, pero no se tiene respuesta del penal. Mantenerla a ella y a la familia ignorando su situación de salud es una tortura que vivimos cada día, negando su derecho humano a una salud digna. Cada dolencia la consultamos con la doctora que la atendía antes de ser detenida, pero vamos a ciegas».
Ante esta razón demandan «atención médica especializada y la realización de exámenes especializados: por su insuficiencia renal crónica y controles hormonales por ser sobreviviente de cáncer. Y mantenemos nuestra demanda de su libertad inmediata e incondicional. Esta condición de salud de mi madre; también la viven varias personas presas políticas, adultas mayores y con enfermedades crónicas», denuncian sus familiares.