Los familiares de los 27 presos políticos que están cautivos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Chipote», están alarmados por la falta de información sobre sus parientes que guardan prisión en esa cárcel de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, tras casi 50 días sin poder visitarlos.
Expresaron que sus parientes viven una situación de «emergencia» por las condiciones de encierro, la incomunicación y la huelga de hambre que mantienen cuatro de los rehenes de conciencia.
«La situación actual que viven nuestros familiares que se encuentran en «El Chipote» es sumamente de emergencia. Como familiares estamos súper preocupados, no solo porque tenemos casi 50 días sin saber nada de ellos, sino también que hay cuatro personas que se encuentran en este momento en huelga de hambre: Dora María Téllez, Miguel Mendoza, Róger Reyes e Irving Larios. Esto agrava todavía más la situación de ellos», dijo a Artículo 66 un familiar de una persona presa política que omitió su nombre por temor a represalias.
«Es de urgencia que el régimen permita que nosotros como familiares podamos constatar las condiciones físicas y emocionales en las que se encuentran nuestros familiares. No podemos seguir de esta manera, con tanta incertidumbre a expensas que podamos verlos cuando ellos decidan. Necesitamos calendarizar las visitas», añadió.
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La última visita que los presos políticos encerrados en «El Chipote» fue a finales de agosto y tras la denuncia de la reducción de la alimentación el régimen los exhibió ante los medios de propaganda. Esa fue la única vez que han podido verlos en más de un mes y medio. «(la visita)… es un derecho que nosotros tenemos para poder velar y garantizar que la situación de vida de ellos se mantenga en buen estado. Estamos en una situación alarmante porque no habíamos pasado tanto tiempo desde la última visita que tuvimos con ellos en agosto», reclamó.
César Dubois, esposo de la presa política Suyen Barahona, dijo a Artículo 66, que en estas semanas, desde la visita de finales de agosto, no saben absolutamente de ellas y ellos y que la mayor preocupación también es por la salud y estado físico de los cuatro rehenes de conciencia que están en huelga de hambre en demanda por ver a sus hijos y para que el régimen de incomunicación acabe.
«Estamos muy preocupados por la salud de ellos. Realmente no sabemos nada de nuestros familiares, nosotros en los comunicados de familiares de presos políticos hemos insistido en la necesidad de tener un calendario de visitas programadas como está regido por las leyes de Nicaragua y por los convenios internacionales que el Estado ha firmado, pero eso todavía no ha sido posible. Con un sistema totalmente cerrado no tenemos información, lamentablemente», aseveró Dubois.
En el Sistema Penitenciario la normativa de visitas es cada 21 días donde tienen derecho a que sus familiares los visiten y también los niños, pero no es el caso que pasa en «El Chipote». El régimen de incomunicación y tortura persiste contra sus parientes y los rehenes de conciencia.