La vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, celebró «el avance» que su régimen ha tenido en su «estrategia de casas maternas», algunas instaladas en edificios usurpados a organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación independientes, como Confidencial, robado en diciembre de 2018.
«Al momento de llegar el pueblo —aludiendo al Frente Sandinista— al gobierno nuevamente, habían 50 casas maternas y ahora tenemos 181, también, de nueve mil mujeres albergadas en el 2006, a 68 mil en el 2021, lo que ha impactado en la disminución de mortalidad materna, disminuida esta en un 66 por ciento y muertes de recién nacidos en un 44%», enumeró la portavoz de la dictadura de Nicaragua.
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Sin mencionar los edificios robados, entre ellos el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), la primera dama afirmó que «en estas casas que son casas de amor, de solidaridad, se aseguran chequeos médicos, exámenes a las embarazadas y a las recién alumbradas».
«El trabajo que desarrollamos con orgullos de nuestro país es para promover salud, vida, para continuar trabajando y prosperando», se ufanó la vicemandataria.
Pese a la condena de organismos de derechos humanos y la comunidad internacional por los robos de diferentes edificios, Ortega y Murillo han aseverado que «ha sido por el bien de la población».
Siete mil actividades para el fin de semana
Por otra parte, «la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía» indició que para este fin de semana hay más de siete mil actividades, «entre dianas, caminatas; celebrando siempre nuestra patria bendita y siempre libre y soberana».
Entre las actividades que destacó la vicedictadora están «más de tres mil actividades culturales, recreativas, tradicionales. Tenemos actividades en puertos turísticos. Mil ferias de salud, 18 corridas de toros, cinco hípicas».
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Además señaló que León «se prepara para las fiestas de la virgen de la Merced y se prepara también para conmemorar un aniversario del héroe Rigoberto López Pérez, poeta, héroe y combatiente de la paz, porque su sacrificio ayudó a acercar el triunfo, las victorias que son triunfos y victorias de la paz, de la patria en paz, trabajo y prosperidad».
Lo que Murillo no se atreve a recordar es que Rigoberto López Perez fue un periodista que entró a la Casa del Obrero, en León, el 21 de septiembre de 1956, para matar a balazos al dictador Anastasio Somoza García, justo en la celebración donde el patriarca de la dinastía somocista anunciaría su reelección, una maniobra que ahora el nuevo dictador Daniel Ortega ha impuesto como una copia al carbón, mediante fraudes y fusiles.
