Los familiares del periodista deportivo Miguel Mendoza denuncian que durante su reciente visita al preso político pudieron constatar su estado de salud «deteriorado» sufriendo de delgadez y con sus problemas crónicos más desarrollados debido a la «falta de atención del médico general» dentro de las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial en Managua.
«Está más delgado, es preocupante. Esto se debe a que les redujeron las porciones de comida y la preparación de los alimentos es pésima. La alimentación no es la adecuada para un paciente crónico (ácido úrico, diabetes e hipertensión). Su salud continúa siendo alarmante para la familia, aún presenta calambres en las piernas y fuerte dolor en la espalda. El “médico general” no presta atención a los malestares», refieren sus familiares en comunicado divulgado tras la visita del 27 de agosto.
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La esposa de Mendoza, Margin Pozo, asegura que antes de la visita viven «días desesperantes porque tenemos que verlo después de 30 hasta 40 días pasados sin saber de su salud y nos preocupa mucho porque Miguel es un paciente crónico, lamentablemente no ha mejorado. Tiene meses sin hacerse exámenes y eso es alarmante para él. Necesita sus medicinas. El médico que está en ese lugar no atiende a los malestares que ellos presentan y tampoco les están dando las medicinas que ellos requieren».
«Nos preocupa mucho que Miguel esté en esas condiciones, que esté delgado, porque si continúa así le puede provocar nuevas enfermedades y queremos a Miguel con salud y sobre todo lo queremos con vida», añadió su esposa.
Pozo afirma que actualmente su esposo presenta «fuertes dolores en su pie izquierdo aducido al ácido úrico puesto a que “el médico” no ha podido dar un diagnóstico basado en exámenes clínicos».
Además, sus familiares refieren que el acoso y las formas de requisa han incrementado para el periodista y sus familiares con tratos humillantes, «la manera en la que requisan a los familiares antes de ingresar. Los agreden sexualmente, la justificación que dan es que una “orientación” o que “por uno las pagan todos”. El acoso de los fotógrafos y camarógrafos es exagerado. Obligan a posar con y sin mascarillas. De pie y sentados. Y graban cada muestra de afecto».
La visita la recibió en un pequeño salón, sin ventilación y «con cámaras de seguridad (dos para ser exactos). Para él y su familia fue una situación incómoda y desagradable», aseguran.
El periodista fue capturado el 24 de junio de 2021, en medio de una ola de arrestos contra líderes opositores y críticos del Gobierno, en el contexto de las elecciones de noviembre pasado en las que Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, fueron reelegidos con siete de sus rivales en prisión y dos en el exilio.
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Sus familiares continúan denunciando que a Mendoza «siguen negándole el derecho a ver a su hija de 8 años, cumplió 14 meses de no abrazarla. Cuando se le preguntó a la persona que llamó para informar sobre la visita, alegó de forma grosera que “sin la orden de un juez” no podía ingresar. Cabe mencionar, que el abogado de Miguel ha hecho llegar, de forma legal, 11 solicitudes y hasta la fecha ninguna ha tenido respuesta».
Actualmente, la familia de Mendoza mantiene una campaña que mediante cartas escritas por la hija del reo de conciencia solicita que el régimen le permita ver a su papá con quien no tiene contacto desde su detención. «Soy una niña de 8 años, que espera a su padre todos los días, que despierta con la esperanza de abrazarlo nuevamente, y que necesita estar cerca de él», expresa uno de los escritos de la menor.
Los familiares de Miguel Mendoza finalizan su denuncia expresando que les «reconforta saber que su ánimo es admirable y su fe inquebrantable. Les enorgullece su dignidad. ¡Lo han privado de libertad, pero es libre de espíritu y pensamientos! Es un periodista, no un delincuente».