El clero de la Diócesis de Estelí emitió un fuerte pronunciamiento en defensa de su administrador apostólico, monseñor Rolando Álvarez, donde desnudan los actos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica y la persecución religiosa contra los sacerdotes, obispos y feligresía. Catalogan las acciones represivas del régimen como «barbaridades» y lo señalan de mantener al país en «zozobra» y «fabricar delitos» contra los sacerdotes que están detenidos injustamente.
Además, acusan a la dictadura de «fastidiarles» la vida a los sacerdotes que realizan su labor pastoral, de provocar el destierro del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez y del padre Edwin Román, antiguo párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel, de Masaya; la retención del pasaporte de monseñor Silvio Fonseca y el bloqueo del ingreso al país del padre José Idiáquez, exrector de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA).
En una de las posturas más firmes de todos los cleros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, la Diócesis de Estelí, que comprende los departamentos de Nueva Segovia, Madriz y Estelí; los sacerdotes desmienten todas y cada una de las palabras, ofensas y amenazas de la dictadura contra sus pastores. «La incitación al odio y la violencia la iniciaron ustedes», refuta el clero diocesano a la pareja dictatorial de Nicaragua.
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Los sacerdotes destacan que, tras las acusaciones de «golpistas y terroristas» vertidas por Ortega en 2018, los improperios, ofensas y difamaciones no han parado, mostrando que la pareja dictatorial carece de «respeto y civismo», del que deberían ser ejemplo. Indican que los señalamientos de golpistas son infundados porque los golpes de Estado los ejecutan los ejércitos y «aquí el Ejército no le ha dado golpe de Estado a nadie. Eso solo existe en la mente de ustedes».
En el comunicado explican que los dictadores se han encargado de «inyectar odio» al pueblo de Nicaragua con sus discursos, pero que la ciudadanía es «noble» y no se deja «engañar» por la campaña de difamación que ha propagado el régimen en sus medios de comunicación y redes sociales.
Rechazan las acusaciones sobre monseñor Rolando Álvarez y acusan al régimen de ser quienes crean la «zozobra y desorden» en el país donde han instalado un estado policial que viola la libre circulación y el curso normal del comercio, a como lo hicieron en Matagalpa durante más de 15 días que mantuvieron un «tranque» en los alrededores de la Curia Episcopal donde estuvo encerrado su obispo, sacerdotes y laicos que le acompañaron.
«Nuestra misión es evangelizadora, pastoral, pacífica. Por naturaleza somos amantes de la paz, una paz que se fundamenta en la verdad, la justicia, libertad. El amor nosotros predicamos es el mandamiento del amor que nos dejó Jesús. Nos esforzamos por reconciliar a las personas que ustedes dividen con su manera de proceder», destacan. A la vez, hicieron un llamado a la conversión y a dejar de «fastidiarnos la vida, déjennos trabajar en paz». Exigieron a la dictadura que libere al obispo, los sacerdotes y los laicos para que el Señor se apiade de ellos, sí es que se «convierten de corazón».