Después de acusar por «delitos de genocidio» a Alemania en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo otorgó el beneplácito como embajador ante Nicaragua al diplomático alemán Karsten Warnecke.
En su discurso vespertino de este martes, siete de mayo, transmitido en los medios oficialistas, la vicedictadora indicó que Warnecke fue quien solicitó el plácet como «embajador nicaragüense», mismo que el régimen sandinista concedió a través de la Cancillería.
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Con esta nueva decisión, la dictadura orteguista ha despedido al anterior embajador Christoph Bundscherer, quien estaba acreditado en ese cargo desde el 19 de agosto del 2019. Según lo informado por la portavoz del régimen, el diplomático «finalizará su misión» el próximo 22 de mayo.
Murillo afirmó que Warnecke, su esposa e hijos llegarán a Nicaragua «en los próximos días» y que ella y su régimen «les daban la bienvenida».
¿Quién es Karsten Warnecke?
De acuerdo con el sitio web Bruegel, Warnecke se desempeñó como director ejecutivo de la Fundación Asia-Europa (ASEF). También fue responsable de la gestión, administración, implementación de programas y políticas y representación del organismo.
Anteriormente, el diplomático se ocupó «de la participación de Alemania y la Unión Europea en la ASEAN y en el Proceso ASEM», como parte de sus responsabilidades como «consejero en el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores en Berlín. Fue subdirector de la División de Organizaciones Regionales y Cooperación en Asia-Pacífico.
Wernecke cuenta con «más de 25 años de experiencia», la mayoría de ellos relacionados con Asia. Realizó misiones diplomáticas en el Consulado General de Alemania, Estados Unidos, India y Singapur.
Respecto a su educación, el funcionario obtuvo una Maestría en Relaciones Internacionales de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS), de la Universidad Johns Hopkins en Washington, D.C., después de estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Berlín.
Acusación de Ortega
El régimen orteguisra acusó a Alemania ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, Holanda, por supuestos «actos de genocidio», como un intento de «distraer» al mundo por los recientes señalamientos presentados en su contra por el Grupo de Expertos de Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), que acusó directamente a la pareja gobernante de cometer «crímenes de lesa humanidad» y «violaciones a los derechos humanos» contra el pueblo nicaragüense.
Por medio de un comunicado, divulgado el pasado primero de marzo, en los medios oficialistas, la pareja en el poder anuncia el inicio de una demanda contra el gobierno alemán, debido a que este cometió «violaciones a la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, a los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales, a los principios ‘intransgredibles’ del derecho internacional humanitario y otras normas imperativas del derecho internacional general, en relación con el territorio Palestino ocupado, en particular la Franja de Gaza».
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El pasado 11 de abril, la dictadura orteguista ordenó el cierre de la embajada de Nicaragua en Berlín, Alemania, confirmó una fuente de la extinta sede diplomática a la Agencia Alemana de Prensa (DPA, por sus siglas en inglés) y también oficializó como embajadora concurrente en Alemania, con sede en Austria, a Sabra Amari Murillo Centeno, en medio de la controversia generada por el régimen de Managua ante el tribunal internacional.
Sin embargo, la CIJ decidió a finales de abril no conceder las solicitudes de la pareja dictatorial, ya que el tribunal consideró que las «circunstancias no son las necesarias para ejercer su poder de indicar medidas provisorias».