Michael Healy y Álvaro Vargas, presidente y vicepresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), respectivamente, cumplen este miércoles, 17 de agosto, 300 días de ser presos políticos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Los empresarios guardan prisión en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como «El Nuevo chipote», un centro donde reciben tratos crueles, inhumanos y degradantes, según denuncias de organismo de derechos humanos y familiares de los rehenes de conciencia.
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Un judicial orteguista condenó a Michael Healy a 13 años de prisión por «menoscabo a la integridad nacional» y nueve años de prisión a Álvaro Vargas por «conspiración a la integridad nacional». El juez Ángel Jeancarlos Fernández González, del Juzgado Cuarto Distrito Penal de Managua, fue el que emitió las condenas contra los dos opositores.
El Departamento de Estado de Estados Unidos sancionó al juez Fernández porque «socava procesos democráticos o instituciones cuando condenó y sentenció a líderes prodemocráticos por cargos falsos de “socavar la integridad nacional” en juicios falsos» contra presos políticos.
Este mismo juez también condenó al empresario Luis Rivas Anduray; a los opositores Dora María Téllez, José Antonio Peraza y Víctor Hugo Tinoco.
Michael Healy y Álvaro Vargas fueron detenidos el 21 de octubre de 2021. Healy fue citado a la Fiscalía para una «entrevista» en el caso de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides). Ese mismo día fue detenido minutos después de rendir declaración ante las autoridades orteguistas. Mientras que Vargas fue capturado en su vivienda.
Michael Healy se mostró incrédulo cuando los medios le consultaron si no tenía temor de ser apresado por el régimen después de la entrevista, como pasó con los presos políticos Mauricio Díaz y Félix Maradiaga, entre otros. Healy dijo: «No creo que me lleven detenido», esas fueron, públicamente, sus últimas palabras.