Aproximadamente unos dos mil feligreses se hicieron presentes en la Catedral de Managua donde se realizó la conclusión del Congreso Nacional Mariano y se despidió a la imagen peregrina de la virgen de Fátima que recorrió Nicaragua durante 31 meses.
Los feligreses portaban banderas de la Iglesia católica y de Nicaragua, haciendo consignas de «¡Viva la Iglesia católica!, ¡Una Iglesia sin María no es Iglesia todavía! ¡Viva Nicaragua!»
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La actividad se realizó pese a que la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega prohibió la realización de la procesión de la venerada imagen, que saldría la mañana de este sábado desde la rotonda Cristo Rey.
Fuentes periodísticas informaron a Artículo 66 que agentes policiales asediaban las afueras de la Catedral, y dentro del recinto llegaron efectivos policías de civil para «vigilar» a los asistentes.
«En la esquina de catedral, frente a la rotonda hay unas 50 motos de policías y en las afueras de Catedral hay antimotines y algunas patrullas», detalló la fuente.
Cardenal llama a perdonar
En su homilía, el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, llamó a perdonar a quienes «nos ofenden». «Hemos sentido la cercanía de María como madre y madre de la esperanza», dijo.
«Mucho estamos atravesando la crisis de la pandemia (COVID-19), muchos con problemas económicos, muchos sufren por la ausencia de un familiar, pero ella —la virgen María— es consuelo para cada uno de nosotros», afirmó.
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Agregó que ante los temores que viven a diario los nicaragüenses, le preguntan a María que «¿qué pasa, que tengo que hacer?, sin duda alguna ella pondría las manos sobre nuestros hombros como una madre amorosa, nos daría un abrazo en silencio y nos diría susurrando a los oídos: hijo ¿que no estoy aquí que soy tu madre?».
Además llamó al pueblo nicaragüense a orar ante las situaciones adversas que vive el país. «El Padre nos anima a siempre orar, porque Él está siempre con nosotros para que sintamos que Él y su madre no nos abandona».
Poniendo ejemplo a Jesucristo quien perdonó a los que lo crucificaron, el jerarca católico pidió perdonar a quienes ofenden. «El perdón que a muchos nos cuesta y que muchos pueden burlarse, pero el perdón es algo divino y salió del divino corazón de Jesús: perdonarlos porque no saben lo que hacen».
«Dios nos ha enseñado a perdonar y María como madre también nos enseña a perdonar y a no devolver golpe por golpe, y no devolver ofensas por ofensas sino dar amor, para que seamos realmente hermanos», enfatizó.
La palabras de Brenes llegan en un contexto donde la dictadura persiste en su asedio y persecución a la Iglesia católica, encerrando a sacerdotes y asediando actualmente a monseñor Rolando Álvarez.