La Conferencia Episcopal de Bolivia expresó su respaldo, cercanía y solidaridad con la Iglesia católica de Nicaragua y, en especial, a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, tras la persecución y asedio parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo», citó la Conferencia en su pronunciamiento, retomando el texto bíblico de San Mateo 5:11-12.
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En el comunicado se indica que los obispos de Bolivia siguen de cerca y «con profundo dolor la situación que está padeciendo la Iglesia y el pueblo nicaragüense debido a la persecución que sufre por parte de sus autoridades políticas».
Agregó que los últimos acontecimientos vividos en Nicaragua «como son el cierre de emisoras católicas, el ingreso por la fuerza en la capilla Niño Jesús de Praga, los ataques verbales a la Iglesia por querer buscar una salida pacifica a la crisis que vive su país desde el año 2018, la persecución y asedio a sacerdotes y a monseñor Rolando Álvarez y la expulsión de la Congregación de las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta son claramente un atentado a la libertad de expresión y a la libertad religiosa».
Además, animaron a los líderes religiosos de Nicaragua a que no desistan «en el empeño de construir un diálogo que sea capaz de lograr la unidad y la paz en esta tierra nicaragüense».
«Cuentan con nuestra oración por ustedes, por el pueblo al que sirven y por las autoridades políticas. Que la Inmaculada Concepción de la Virgen María, patrona de Nicaragua, les acompañe e interceda por ustedes en este difícil momento histórico que están viviendo», concluyeron.
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Tras la «guerra» declarada por Daniel Ortega y Rosario Murillo a la Iglesia católica en Nicaragua, la solidaridad para con los religiosos y en especial a monseñor Rolando Álvarez no se han hecho esperar. El domingo, siete de julio, la Arquidiócesis de Managua expresó su cercanía para con Álvarez ante el asedio de la dictadura.
Desde el cuatro de agosto, monseñor Rolando Álvarez se encuentra encerrado en la Curia de Matagalpa, junto a cinco sacerdotes y seis laicos. La dictadura señala al religiosos de «atentar contra la paz», por lo que le niega la salida.