La Iglesia católica en Costa Rica se solidarizó con la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y en especial con el obispo Rolando Álvarez, al frente de la Diócesis de Matagalpa, a través de un comunicado dado a conocer este sábado.
“La Conferencia Episcopal de Costa Rica eleva una oración para que llegue la paz y se puedan abrir caminos de diálogo en busca del bienestar de todos los habitantes del hermano país”, manifestaron los sacerdotes.
Los jerarcas costarricenses respaldan la posición del Consejo Episcopal de América Latina y el Caribe (CELAM), quienes recientemente pidieron al régimen de Ortega, trazar “un camino de unidad y de paz”.
En su carta, la Conferencia Episcopal costarricense resaltó las palabras del papa Francisco, en el sentido de que la libertad religiosa pueda ser respetada como forma de alcanzar el camino de la fraternidad y de la paz (cfr. Fratelli tutti, n. 279).
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La Policía sandinista publicó el viernes un comunicado en el que acusa al sacerdote y demás detenidos de “provocar un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía en la comunidad con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.
Álvarez, retenido desde hace tres días en la curia en Matagalpa por las fuerzas orteguitas, dijo hoy que la acusación policial de incitar al odio lo dejó confinado en condición de “casa por cárcel”.
“Formalmente han dicho que tenemos casa por cárcel”, dijo monseñor Rolando Álvarez, durante una misa transmitida por Facebook desde el interior de la Curia de Matagalpa, al norte de Nicaragua.