El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió este jueves evitar la “confrontación bélica” tras la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, lo que ha escalado la tensión con China.
“La postura de nuestro país es que no haya guerras, que se eviten las confrontaciones bélicas, que se busquen mediante el diálogo acuerdos”, respondió el mandatario al ser cuestionado por el tema en su rueda de prensa matutina.
López Obrador evitó una crítica directa a Pelosi, quien concluyó el miércoles su visita de menos de 24 horas a Taiwán, un viaje que ha elevado la tensión en la región y que de momento se ha saldado con sanciones comerciales y maniobras militares en torno a la isla de parte del Gobierno de Pekín.
El gobernante mexicano denunció que los principales afectados de este tipo de tensiones son “los pueblos de todos los países”, en particular por las consecuencias económicas.
“¿En qué les puede afectar a los presidentes, jefes de Estado, legisladores? Pues ellos hasta tienen protección especial, pero la gente que tiene que comprar las tortillas (no)”, cuestionó.
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También pidió a las potencias “el compromiso de no apostar a la confrontación y a las guerras”, tanto bélicas como comerciales.
“Porque esto nos afecta a todos. Primero fue la pandemia, luego lo de la guerra de Rusia con Ucrania, ahora estas tensiones en Taiwán, tenemos problemas todos por falta de crecimiento de las economías, cada vez hay más pobreza, hay una inflación mundial”, indicó.
El presidente mexicano pidió a los países acordar una tregua mundial de cinco años en las Naciones Unidas “para poder enfrentar la crisis que afecta a los pueblos”, en particular la crisis derivada de la pandemia de covid-19, la inflación y la falta de crecimiento económico.
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“No queremos hegemonías en el mundo. No es mucho pedirle a Estados Unidos, a Rusia, a China, que acepten esta propuesta, y se podría plantear en la ONU. Ningún gobierno del mundo puede y debe actuar de manera irresponsable”, reafirmó el presidente.
La visita de Pelosi ha desatado la ira de Pekín, que ha anunciado el comienzo el jueves de maniobras militares con fuego real en zonas alrededor de ese territorio.
Aunque la Casa Blanca sostiene que no defiende la independencia de Taiwán, la visita de Pelosi constituye para China una muestra de respaldo a la secesión de la isla, territorio sobre el que Pekín reclama la soberanía al considerarla una provincia rebelde desde 1949.