Ante la serie de acontecimientos del régimen de Nicaragua contra la Iglesia católica, sus sacerdotes, obispos y templos religiosos, un grupo de organizaciones opositoras demandó a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que respete la libertad religiosa y cese todo acto de represión en el país.
En una nota de prensa distribuida a medios de comunicación se declaran «llenas de indignación y dolor» y expresaron su solidaridad con la Iglesia ante el «terror y sufrimiento ocasionado por el actuar violento y cobarde del régimen ilegítimo».
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La Diócesis de Matagalpa fue el blanco de la nueva arremetida de la dictadura Ortega Murillo al ordenar el cierre de siete radios católicas administradas por el obispo, la toma de la capilla Niño Jesús de Praga, el asedio contra el padre Uriel Vallejos y el estado de sitio impuesto a monseñor Rolando Álvarez, este último sufre de la militarización de la Curia Episcopal con el despliegue de 48 efectivos policiales y cuatro patrullas que mantienen tomados todos los accesos a la residencia del purpurado.
«Condenamos tanto el cierre de las radios católicas de Matagalpa como la irrupción en la capilla Niño Jesús de Praga del municipio de Sébaco, en la que la Policía iracunda agredió a los feligreses que se oponían a la sustracción de equipos de comunicación propiedad de la Iglesia. Así como el cierre del canal RB3 de Río Blanco y de la frecuencia radial de Radio Vos, ambos del mismo departamento», enfatizan las organizaciones.

Además, exigen a la dictadura de Ortega que cese la toma de la capilla Niño Jesús de Praga y su casa cural donde estuvo por tres días encerrado el padre Uriel Vallejos sin acceso a energía eléctrica ni alimentos. Consideran que las acciones del régimen violan el derecho a la información veraz y el derecho de culto garantizados en los artículos 66 y 69 de la Constitución Política de la República de Nicaragua.
Llamado a la comunidad internacional

Los opositores instaron a la comunidad internacional a «usar todos los medios diplomáticos a su alcance» para lograr el cese de la represión a la Iglesia católica y a los medios de comunicación independientes por parte del régimen Ortega-Murillo.
«El Estado de Nicaragua continúa incumpliendo a diario, obligaciones consignadas en La Carta de las Naciones Unidas en el artículo 55 (c) en donde encontramos una verdadera obligación -para los Estados miembros al disponerse que: “el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades”», afirman.
«La libertad religiosa representa una condición de paz y protección de los derechos humanos entre los pueblos, por lo que demandamos sea respetada. Exigimos la liberación de los jóvenes encarcelados, el cese del acoso a obispos y sacerdotes católicos y que termine la persecución de aquellos que valientemente defendieron a sus líderes religiosos, su derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión», concluyen.