A consecuencia del asedio policial en las instalaciones de la capilla Niño Jesús de Praga, que está contiguo a la casa cural Divina Misericordia y el colegio católico San Luis Gonzaga de Sébaco, Matagalpa; el párroco Uriel Vallejos informó que las clases estarán suspendidas hasta nuevo aviso.
Por medio de su cuenta de Twitter, el presbítero publicó un aviso en donde anuncia la suspensión de clases en el centro educativo. El sacerdote también publicó un mensaje en el Día de Nuestra Señora de los Ángeles pidiendo «su poderosa intercesión ante Dios, por nuestra patria Nicaragua. Que ella con su amor maternal nos cuide», expresó el religioso.
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El sacerdote Vallejos detalló que la mañana del primero de agosto trabajadores del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) acudieron con «la notificación del cierre de Radio Católica de Sébaco, queriendo ingresar atrevidamente a las instalaciones de la radio. No se le permitió». Finalmente, en horas de la tarde irrumpieron en el centro religioso. Los policías siguen en las afueras de la capilla y se desconoce el paradero del religioso.
El régimen ordenó el cierre de las emisoras Radio Hermanos, Radio Nuestra Señora de Lourdes, Radio Nuestra Señora de Fátima, Radio Alliens, Radio Monte Carmelo, y Radio San José, que operan en municipios del norte de Nicaragua.
La parroquia reportó una persona herida producto del ataque contra la Iglesia católica. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) hizo un llamado al Estado de Nicaragua a cesar inmediatamente la violenta acción policial y la represión a la ciudadanía, que apoya al padre Vallejos.
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A eso de las 8: 18 de la noche el padre Vallejos denunció que el suministro de energía eléctrica le fue suspendido. En apoyo a la Iglesia, la ciudadanía de Sébaco también realizó cacerolazos en la ciudad.
La Diócesis de Matagalpa llamó a sus feligreses a «seguir doblando rodillas» y a unirse a las jornadas de oración y ayuno, porque, reiteran; «solo la oración salvará a Nicaragua». En los últimos meses, la dictadura de Ortega emprendió una persecución contra la Iglesia católica y sus principales líderes. A inicios de mayo, la Policía había iniciado una ola de asedio contra los sacerdotes