Luego que familiares de los presos políticos cautivos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua denunciaran que la dictadura de Ortega continúa con sus métodos de torturas, como el negarles el derecho a la lectura a los opositores, un especialista en psicología explicó a Artículo 66 que está medida puede ser «destructiva para un privado de libertad».
Y es que tras la novena visita a los presos políticos en «El Nuevo Chipote», sus familiares denunciaron que el régimen de Nicaragua ordenó a los carceleros hasta arrancar las etiquetas de los pocos productos que les permiten ingresar en la paquetería.
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El psicólogo clínico y exreo político Róger Martínez indicó que «para todo preso es importante opciones de recreación para mantener la mente ágil y actividades que les sean útiles, porque pasar meses y años privados de libertad, puede ser una experiencia angustiante, desesperanzadora y podría llegar incluso a ser destructiva para una persona». «El aburrimiento que viven los presos a diario por el encierro, por no hacer nada; solo viendo las cuatro paredes de la celda; además de generarle estrés carcelario, su estado de ánimo se ve afectado», explicó un experto.
Resaltó que las acciones represivas ejecutas por la Policía orteguista son mas fuertes «aún cuando la persona es inocente, como lo son los presos políticos de la dictadura sandinista».
«El aburrimiento que viven los presos a diario por el encierro, por no hacer nada; solo viendo las cuatro paredes de la celda; además de generarle estrés carcelario obviamente a consecuencia de esto, su estado de ánimo se ve afectado», remarcó.
En cuanto al negarles el acceso a una Biblia u otro material de lectura, el experto señaló que «leer libros puede cambiar de muchas maneras el hecho de estar tras las rejas; leer abre un nuevo mundo más allá de las estrechas paredes (…) y por ende se sienten menos los días que se viven dentro de una celda».
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«Para un preso político con el hábito de leer y no hacerlo, le genera incomodidad y creo que eso es lo que busca la dictadura, hacerle a los presos políticos lo más incómoda su estadía como una forma de venganza por haberse revelado frente a la ilegítima autoridad que la dictadura en este momento representa», enfatizó.
Agregó que todo esto es pate de la tortura psicológica de Ortega para dañar «no solo el cuerpo como lo hacen con golpes y encierro, sino también la mente de los presos políticos».
Martínez concluyó que el trato que se le está dando a los presos políticos es similar a los que vivieron los reos de conciencia del 2018. «La tortura, física, psicológica a través de aislamiento, incluso en el sistema penitenciario es igual. La comida siempre es de mala calidad, el agua es muy mala, los malos tratos y vejaciones por parte de los guardas de seguridad es igual».
Actualmente, en Nicaragua hay más de 190 presos políticos, sin embargo el trato que reciben los que están encerrados en «El Chipote» ha sido peor (según denuncian sus familiares) que tienen que esperar hasta más de dos meses para poderlos visitar y saber si siguen igual o en peores condiciones.