Nicaragüenses exiliados en Costa Rica participaron en la actividad «Masaya tiene memoria» para conmemorar el cuarto aniversario de la masacre, denominada «Operación Limpieza», perpetrada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra los pobladores del departamento, en la sangrienta represión contra manifestantes en 2018.
El 17 de julio de ese año, policías y paramilitares desmantelaron violentamente las barricadas en el pueblo indígena de Monimbó, en Masaya, tomando el control de la ciudad, tras meses de ataques ejecutados en distintos departamentos del país en la «Operación Limpieza».
La embestida, de 9 horas con armas de guerra, dejó al menos seis muertos, según organismos de derechos humanos y de oposición. Las organizaciones registraron el asesinato de Edgardo Antonio Hernández Ñamendy, Erick Antonio Jiménez López, Josué Rafael Palacios Aguilera, Yader Antonio Mercado Arriaza, Bayardo José Jarquín Guneras y Macario Hernández.
La ciudad «heroica», que era bastión sandinista, se convirtió en la ciudad rebelde contra la dictadura de Ortega. Desde entonces, el dictador no volvió a pisar Monimbó como acostumbraba hacer, año con año, en la actividad partidaria del Repliegue Táctico a Masaya.
«Decidimos hacer una conmemoración por esos 89 días de resistencia. En esos 89 días, Masaya dijo “¡Justicia por los asesinados!”. Queremos justicia por los crímenes que se cometieron en nuestro departamento. El pueblo de Masaya no quiere más dictadura por eso se levantó un 19 de abril de 2018», declaró Indira Guadalupe Mayorga a Artículo 66.
Los exiliados, originarios de los nueve municipios del departamento, se reunieron el sábado, 16 de julio, y recordaron la fecha «entre lágrimas y abrazos por aquel tenebroso día en que se convirtieron en sobrevivientes de la voraz dictadura y sus ataques».
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«Tener memoria histórica también es resistir. Nicaragua volverá a ser República y Masaya siempre capital, no solo del folklore, sino de la rebeldía y resistencia ante las tiranías de turno», señalaron desde la página Nicaragua Exiliada en Costa Rica.
Durante la actividad, los presentes usaron vestimenta tradicional, escucharon música de marimba y compartieron videos e imágenes de los acontecimientos y víctimas de la masacre.