Este miércoles, 22 de junio, se cumplen cuatro años de la sangrienta y violenta «Operación Limpieza» que ejecutó la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra los pobladores de Nicaragua. Organismos de derechos humanos continúan exigiendo justicia por los ciudadanos asesinados durante esa embestida.
Según entidades nacionales, el operativo fue perpetrado por paramilitares, miembros del Ejército de Nicaragua, de la Policía Nacional y de la Juventud Sandinista (JS), a quienes el régimen de Ortega facilitó armamento de guerra para desmantelar, a cualquier costo, las barricadas o tranques que habían en las diferentes zonas del país. Durante la jornada represiva, también atacaron a las personas que se identificaban como «desestabilizador de la paz».
Tras la masacre contra los nicaragüenses, la administración de Daniel Ortega manifestó que solo «habían cumplido con su deber constitucional de restablecer el orden y la libre circulación de el país».
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«Ante el sufrimiento cotidiano impuesto a las familias nicaragüenses que desde el 18 de abril de este año han padecido la violencia de terroristas que han asesinado, torturado, y secuestrado a centenares de ciudadanos (…) le corresponde al Estado actuar conforme a la ley», decía el comunicado del régimen intentando dar un giro a la masacre que ordenaron.
Los grupos de choque del orteguismo atacaron tranques y barricadas que la población tenían en Managua, Jinotepe, Diriamba, Masaya, Monimbó, Sébaco, Matagalpa, San Pedro del Lóvago, Santo Tomás, El Tule, Rivas, Morrito y otros municipios del país.
Durante la jornada represiva, que se ejecutó entre a mediados de junio y comienzo de julio 2018, las fuerzas de choques de Ortega asesinaron alrededor de 100 nicaragüenses, quienes murieron luchando por la libertad de Nicaragua.
Organismos defensores de derechos humanos demandan el esclarecimiento de la muerte de los ciudadanos asesinados, en su mayoría jóvenes, que protestaban y exigían democracia para Nicaragua. Las asociaciones aseguran que los policías y paramilitares hicieron «un uso indiscriminado de fuerza letal durante la sangrienta y cobarde Operación Limpieza».
Asimismo, la Asociación Madres de Abril recordó que este miércoles se cumplen en Managua cuatro años del inicio de la denominada «Operación Limpieza».
«Fueron operativos ejecutados por militares y civiles que con armas de guerra quitaron las barricadas poblacionales y asesinaron en masa a toda persona que se encontrara en las calles», reiteró el organismo en su cuenta de Twitter.
«En este contexto Wendell Rivera Narváez, estudiante de secundaria, de 17 años, recibió un disparo en la cabeza por paramilitares que lo interceptaron en una camioneta Hilux. Wendell regresaba de un partido de fútbol junto a su hermano», añadió.