El exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, afirmó en su cuenta de Twitter que a un año de cárcel de los presos políticos Lesther Alemán y Max Jerez «lucen GIGANTES ante la pequeñez moral de sus carceleros», en alusión a la pareja dictatorial conformada por Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Este cinco de julio, los dirigentes estudiantiles cumplen un año de permanecer en cautiverio en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote», un centro donde son sometidos a torturas, según denuncias de sus familiares.


«Mientras los hijos del poder le temen al pueblo y se rodean de matones y policías, que es lo mismo, Lesther (Alemán) y Max (Jerez) están en el corazón del pueblo que reclama su libertad», escribió McFields en su cuenta de la red social.
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Los líderes estudiantiles y presos políticos fueron detenidos «arbitrariamente» por la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a cuatro meses de las elecciones presidenciales de noviembre de ese año, comicios no reconocidos por más de 40 países.
Lesther Alemán y Max Jerez fueron condenados a 13 años de cárcel e inhabilitación para ejercer cargos públicos por el supuesto delito de «menoscabo contra la integridad nacional», en un proceso judicial que fue catalogado como «arbitrario» y plagado de irregularidades, de acuerdo con sus abogados defensores.
La Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) y la Alianza Cívica se pronunciaron este día en contra del encarcelamiento de los jóvenes opositores y demandaron su libertad.
Luego de 12 meses de encierro en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, el preso político Lesther Alemán luce con su salud cada vez más deteriorada, afirman sus familiares.
La madre de Max Jerez, Heydi Meza, falleció por neumonía mientras su hijo estaba en prisión. Horas antes del deceso su abogado, familiares y amigos solicitaron un permiso especial a las autoridades policiales para que el joven se despidiera de su mamá, pero esto fue denegado por la dictadura de Daniel Ortega.
Los presos políticos cumplen 365 días de encierro e incomunicación total. Desde su detención arbitraria, el régimen Ortega-Murillo solo les ha autorizado ocho visitas familiares, en las que han reiterado sus mensajes de lucha, esperanza y fuerza al pueblo Nicaragua.