Diversas organizaciones de oposición de Nicaragua criticaron que el Banco Mundial (BM) y otras instituciones financieras internacionales hayan aprobado préstamos al régimen de Nicaragua para la lucha contra el COVID-19, pese a las denuncias del manejo de la pandemia por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El Banco Mundial (BM) aprobó el pasado 23 de junio un préstamo a Nicaragua equivalente a 116 millones de dólares para «elevar las capacidades de respuesta en la lucha contra el COVID-19». Estos fondos estarían dirigidos a la adquisición de vacunas y suministros para combatir la pandemia. Este es el segundo financiamiento que autoriza el organismo internacional al régimen de Daniel Ortega.
Las organizaciones de oposición expresaron, mediante una nota de prensa, su «profunda sorpresa y decepción por la aprobación de parte del Banco Mundial de un financiamiento adicional de respuesta al COVID-19».
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Consideran que la aprobación de este nuevo préstamo no consideró «la opacidad, el secretismo y el perverso manejo de la pandemia por parte de este régimen ilegítimo, lo que ocasionó un saldo aproximado de 15,000 muertes, de las cuales más de 200 fueron decesos de profesionales de la salud, que pudieron haber sido disminuidas sensiblemente si se hubiesen atendido las medidas dictadas por la OMS».
Manifiestan que durante este año las diversas instituciones financieras internacionales aprobaron préstamos a Ortega hasta por 185 millones de dólares, pero esto no permitió que las «malas prácticas» hayan cambiado. Además, denuncian que la dictadura solo ejecutó el 79.8 % del presupuesto asignado para el combate de la pandemia de COVID-19 y que esto «dejó a la población desprotegida ante la escasez de vacunas y el impacto de la segunda ola» de coronavirus.
«Las instituciones financieras han permitido un manejo discrecional de los fondos para compra de vacunas, que terminaron en proveedores rusos, chinos o cubanos, ninguno de ellas aprobadas por la OMS, a precios o en condiciones menos favorables de lo que ofrecían otros proveedores certificados», destacan.
«Holocausto sanitario»
La nota de prensa cita a Miguel López, exsecretario general del Ministerio de Salud (Minsa), quien afirmó que «la población nicaragüense ha estado expuesta a un holocausto sanitario por parte del régimen ante el incumplimiento de sus deberes constitucionales y de lo que establecen los instrumentos internacionales».
Agregó que «la falta de atención del Minsa a la población no ha sido por falta de recursos, al contrario, existe una subejecución de estos fondos, por lo tanto, no tiene sentido que el Banco Mundial le otorgue un préstamo a un régimen sancionado por varios países europeos, Canadá y el gobierno de los Estados Unidos de América contraviniendo, de parte de este último, lo estipulado en su política exterior de no financiar regímenes vinculados al crimen organizado y violador de los derechos humanos».
Nicaragua acumula 243 muertos por COVID-19 y 19.096 casos confirmados desde que el coronavirus fue detectado en el país, en marzo de 2020, informó el pasado 28 de junio el Minsa. Desde octubre de 2020, la pandemia le ha quitado la vida a una persona cada semana, de manera constante, según las estadísticas oficiales.
Los datos oficiales contrastan con los del Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos independientes que da seguimiento a la pandemia y que hasta el 15 de junio pasado reportaba 6.002 fallecimientos por neumonía y otros síntomas relacionados con el coronavirus, así como 32.544 casos sospechosos de contagio.