Félix Maradiaga ha perdido más de 60 libras de peso. Está sometido a incomunicación, mala alimentación, pocos minutos de sol y bajo torturas a toda hora del día, denunció su esposa Berta Valle en conferencia de prensa.
Después de más de un año en prisión, Maradiaga ha disminuido de peso, el color de su piel ha cambiado, al punto de verse amarillento; y también ha perdido cabello. Un retrato hablado del preso político lo muestra demacrado.
Maradiaga inició una huelga de hambre y lleva varios días en esa demanda por el cese del aislamiento, incomunicación y las condiciones inhumanas en las que está encerrado.
«Mi esposo físicamente está deteriorado antes que anunciara la huelga de hambre. A partir de 21 de junio iniciaría una huelga de hambre como parte de las acciones que toman para hacer sus denuncias y demandas», afirmó.
«Está en una situación desesperante que tomó la decisión de la huelga. Asumiría los riesgos. La situación de incomunicación es insostenible. Demanda el cese a la incomunicación, el confinamiento», dijo Valle.
Noticia relacionada: Berta Valle a Maradiaga: «Un año sin vos, un día más cerca de la libertad»
La doctora Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), indicó que en todos centros penitenciarios las personas presas políticas están bajo «condiciones infrahumanas», están pasando frío o calor; no tienen agua ni acceso al sol.
Están confinados en celdas insalubres, con mojo, hormigas y cucarachas. Reciben una mala y poca alimentación. «Quieren privarlos del sustento y dejarlos sin fuerzas para seguir viviendo», denunció Núñez.
Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional (AI), pidió a la comunidad internacional que redoblen sus esfuerzos para presionar al régimen de Daniel Ortega y evitar que más personas sean detenidas y que las presas políticas sean liberadas inmediatamente.
La justicia orteguista impuso sentencias de 13 años contra los aspirantes a la Presidencia del país Juan Sebastián Chamorro y Maradiaga, mientras que Violeta Granera fue condenada a ocho años. Todos permanecen en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (ADJ), conocidas como «El Nuevo Chipote». Los rehenes de conciencia enfrentaron siete audiencias que, según sus defensores, estuvieron «plagadas de irregularidades».
Maradiaga fue capturado el ocho de junio de 2021 a pocos metros del Ministerio Público en Managua, minutos antes había sido interrogado por los fiscales de Daniel Ortega. Tras su detención fue trasladado a El Chipote, un reconocido centro de torturas, según indican los familiares de presos políticos.
La justicia orteguista le impuso una sentencia de 13 años de cárcel. El rehén de conciencia enfrentó siete audiencias que, de acuerdo con sus defensores, estuvieron «plagadas de irregularidades» que culminaron con un fallo de culpabilidad.