La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, pidió al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas «redoblar los esfuerzos» para continuar presionando al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo para lograr la liberación de las personas presas políticas.
Este jueves, 16 de junio, la defensora participó en la presentación sobre la actualización oral de la situación en Nicaragua. Núñez sostuvo que en el país «el espacio para la sociedad civil está desapareciendo, este año arbitrariamente han cancelado la personalidad jurídica de 363 asociaciones civiles y fundaciones; que ya suman 432 organizaciones desde diciembre desde el 2018, entre esas el Cenidh».
La abogada señaló que la ilegalización de oenegés es una «persecución generalizada, característica de un Estado totalitario que abarca todo tipo de organizaciones sociales, de derechos humanos y humanitarias que atienden necesidades diversas de los nicaragüenses».
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Además, resaltó el esfuerzo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para abordar la crisis que cada día empeora en Nicaragua.
La presidenta del Cenidh, en su breve intervención, también denunció la persecución, el acoso y hostigamiento que ha perpetrado la dictadura de Daniel Ortega contra la iglesia católica nicaragüense.
Detalló que el régimen ha arremetido contra monseñor Rolando Álvarez, el padre Harving Padilla y el sacerdote Manuel Salvador García, a este último la administración orteguista lo encarceló por supuestamente por ejercer violencia física contra una mujer.
Asimismo, resaltó la situación de las 190 personas presas políticas que permanecen en condiciones infrahumanas, sufriendo torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes.
En nombre del Cenidh y Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), Vilma Núñez solicitó «al honorable Consejo y a la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos redoblar esfuerzos para lograr la liberación inmediata de las presas y presos políticos».