Se cumplen cuatro años del asesinato de Junior Gaitán, un adolescente de 15 años, originario de Masaya, quien el dos de junio de 2018, fue asesinado en las cercanías del mercado de artesanías de Masaya durante las protestas sociales contra la dictadura de Daniel Ortega.
Hasta el día de hoy, el crimen sigue en la impunidad. Los padres del menor señalan a una oficial de la Policía al servicio del régimen sandinista de ser la que disparó en contra del adolescente.
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En cada aniversario de la muerte del «pollito» —como era conocido Junior— sus familiares realizan alguna actividad para honrar su memoria o van a enflorar el sepulcro donde descansan sus restos.
«El gobierno de Daniel Ortega es el responsable de la muerte de nuestro hijo; era un niño con mucho futuro por delante, le gustaba mucho el deporte, pero ahora ya no está con nosotros porque la Policía lo mató», dijo en una reciente entrevista a Artículo 66 Aura lila López, madre de uno de los más de 30 ciudadanos de Masaya asesinados.
En cuanto al constante hostigamiento por parte de la Policopia orteguista, los familiares del adolescente exigen que cese la represión en su contra. «(El gobierno) hablan de amor y paz, pero no hay porque siempre sigue con la represión con la angustia de las madres de las víctimas y de los presos políticos», señaló la madre de Junior Gaitán..
«El Día de las Madres no fue una alegría porque en nuestros hogares nos hacen falta nuestros hijos», resaltó Aura lila López, denunciando la impunidad y represión que padecen.
Víctimas de allanamiento ilegal
Los familiares de Junior Gaitán tienen en la sala de su casa un altar dedicado a su memoria. En la entrada a la vivienda hay dos banderas, una de Nicaragua y otra de la Iglesia católica. Hay un mosaico de fotos, trofeos y diplomas que eran del adolescente que este año estaría cumpliendo sus 19 años.
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Sin embargo, en abril de este año, a vísperas del aniversario de las protestas sociales, la Policía allanó sin orden judicial la casa los padres del adolescente, ubicada en el barrio El Repliegue, en Masaya.
«Vinieron tres patrullas, los antimotines rodearon toda la calle, no dejaban pasar a nadie. Nos quitaron los celulares. a mi papá le dijeron que se sentará y que no dijera nada. Los niños que estaban en los cuatros los sacaron y los pusieron en filas. A mi mamá le quitaron unas camisetas que tienen la foto del niño, una bandera de Nicaragua y otra de AMA (Asociación Madres de Abril)», dijo a este medio de comunicación una de las hermanas de Junior Gaitán.
Agregó que un oficial de la Policía los amenazó y les señaló que tenían prohibido ir a misa a la Iglesias San Miguel y que no pueden realizar ningún acto de protesta. Pese a las amenazas y asedio, los opositores siguen demandando justicia.
Junior Gaitán es uno de los más de 300 asesinados en 2018 en Nicaragua. Los opositores responsabilizan de todas las muertes a la Policía y paramilitares que atacaron a manifestantes durante las protestas sociales.