La Arquidiócesis de Managua expresó nuevamente su cercanía con las víctimas de la «problemática sociopolítica» que se ha extendido por más de tres años en Nicaragua, a raíz de la represión estatal que desencadenó el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde abril de 2018 que dejó 355 asesinados, según estadísticas recogidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La nota de prensa de la Arquidiócesis de Managua, que preside el cardenal Leopoldo Brenes, se da en medio de la tensión de las relaciones entre la dictadura Ortega-Murillo y la Iglesia tras el cierre del Canal Católico por órdenes del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), al servicio de la dictadura.
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«La Arquidiócesis de Managua reitera públicamente su cercanía en la oración a todas las personas y familias que sufren los efectos de la problemática sociopolítica en la que continuamos inmersos los nicaragüenses con todos sus efectos y a todos los niveles», señaló la Arquidiócesis en un nota de prensa.
Explica que la crisis sociopolítica en Nicaragua ha «estancado a nuestra sociedad en un ambiente de inseguridad, polarización e intransigencia, desencadenando una dinámica de división y antagonismos que impiden superar esta crítica situación nacional».
También elevaron la voz contra la persecución que sufren el padre Harving Padilla, párroco de la Parroquia San Juan Bautista en la ciudad de Masaya y monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí se encuentra recluido en oración y ayuno en Managua tras el recrudecimiento del hostigamiento policial.
«(Ambos sacerdotes) viven un ambiente de zozobra por su seguridad personal y la imposibilidad de ejercer su derecho a vivir y celebrar su fe en un ambiente de paz y libertad», señala.
A la vez hace un llamado a la Policía Nacional a «deponer esa actitud innecesaria e invitamos a orar para que las voluntades se muevan para crear un clima de entendimiento nacional».