La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el marco del Día Internacional contra la Homofobia, instó a los gobiernos de todos el mundo a proteger a los miembros de la comunidad LGBT, que se ven obligados a desplazarse por la violencia que existe en su país.
En un comunicado, el organismo señaló que «las personas desplazadas LGBT enfrentan desafíos exacerbados cuando buscan refugio» y que entre los 84 millones de personas migrantes en todo el mundo, este grupo poblacional se encuentran entre los más vulnerables y marginados.
El grupo de la diversidad sexual, al huir de la persecución y la exclusión socioeconómica que viven en sus países de origen, «muchos de ellos residen en naciones que no ofrecen una sólida protección de los derechos humanos, o que discriminan activamente por motivos de orientación sexual e identidad de género».
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La ONU explicó que «la persecución por parte de agentes estatales y no estatales, así como la discriminación, los conflictos armados, las catástrofes naturales y el cambio climático obligan a muchas personas de orientación sexual e identidad de género diversas a huir de sus hogares en busca de un entorno seguro en el que puedan vivir auténticamente y ejercer plenamente sus derechos».
«Las vulnerabilidades estructurales a las que se enfrentan las personas LGBT se ven intensificadas por su estatus como migrantes, solicitantes de asilo, refugiados o desplazados internos», reiteró.
«Muchas personas LGBT en situación de desplazamiento forzoso que cruzan una frontera internacional llegan a países donde se enfrentan a riesgos similares o mayores de violencia, así como xenofobia, racismo, misoginia, discriminación por motivos de edad, marginación socioeconómica y aislamiento de redes de apoyo tradicionales. En todas las etapas de su viaje, pueden ser especialmente vulnerables a la violencia, los abusos y la explotación por parte de numerosos actores», añadió.
La ONU alegó que dado al creciente número de personas desplazadas por la fuerza, «los Estados, las empresas y las organizaciones humanitarias y de la sociedad civil deben invertir en el desarrollo de políticas y programas basados en los derechos humanos que tengan plenamente en cuenta las dimensiones interseccionales del desplazamiento forzado, la orientación sexual y la identidad de género, promoviendo una mayor colaboración y coordinación entre todos los actores responsables de la protección de las personas desplazadas LGBT».
Además, aseguró que el «paso fundamental» para que disminuya el número de personas de la diversidad desplazadas por la fuerza en todo el mundo «es abordar las causas profundas del desplazamiento forzado y garantizar que las personas LGBT puedan vivir libres de violencia y discriminación en sus comunidades, mediante la aplicación de leyes y políticas públicas que puedan transformar el círculo vicioso de abusos que les obliga a buscar protección en otro lugar en primer lugar».