En el día del «domingo del buen pastor», monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, habló de las cualidades del trabajo sacerdotal pese a los obstáculos que se viven a diario.
En la homilía desde la Catedral San Pedro de Matagalpa, el prelado resaltó que un sacerdote debe estar al servicio de la comunidad, porque esa es su misión.
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La primera aptitud, que según Álvarez debe tener un «buen pastor» es la del «pastor del tercer milenio», en la que el sacerdote debe edificar la comunión «con el pueblo de Dios, al ser llamado a acoger con gratitud y a conducir hacia la comunión los diversos carismas presentes en su parroquia, que son dones del Espíritu Santo para la Iglesia».
Otra de las característica que mencionó el religioso fue la de un «proceso sinodal». «Sabemos que el mundo actual necesita urgentemente la fraternidad. Sin darse cuenta anhela encontrarse con Jesús, pero se necesita escuchar al Espíritu —Santo— para renovar nuestra fe y encontrar nuevas formas y lenguajes para compartir el evangelio con nuestros hermanos y hermanas», dijo.
También hizo énfasis en la «aptitud del misionero», señalando que el presbítero «del mundo de hoy» es el misionero y en él «puede más el ardor y el entusiasmo por evangelizar que sus limitaciones y temores».
En referencia a la crisis que vive la sociedad y especial Nicaragua, aseguró que el buen pastor como misionero es «impulsado por el Santo Espíritu y se dirige a los alejados, a los de la periferia, a los exiliados, refugiados, encarcelados, enfermos, a los que no han oído el anuncio del Evangelio».
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«Proclama íntegro el mensaje y sus oyentes perciben la novedad del evangelio del cual es testigo. Da gratis lo que ha recibido gratis, porque tiene experiencia de la gratuidad amorosa del del Padre. Entrega su vida entera por el evangelio y experimenta que le importa más proclamar el reino de Dios que su propia vida», agregó.
Por otra parte, destacó que una de las principales aptitudes de un «buen pastor» es la de ser «promotor de una cultura de paz». «En la predicación y en la vida de Cristo era evidente la atención que él prestaba a los más pobres. El pastor de este milenio está allí, donde hay más necesidad de consuelo, donde están los más indefensos».
Argumentó que «el sacerdote es aquel que lleva esperanza con la palabra y con las acciones para que las situaciones de miseria sean aliviadas mediante la predicación de los valores evangélicos y la formación de las conciencias; el sacerdote coopera a la promoción de una sociedad conforme con la voluntad de Dios, señala las situaciones injustas pero el amor por sus hermanos le exige ir más allá, más a la raíz».
«Llegar al corazón de quien puede mejorar las situaciones injustas, solo así se puede construir una cultura de paz, ya que sin cambiar los corazones y sin retribuir la ofensas no es posible construir una nueva sociedad», recalcó.
Pide orar por todos los sacerdotes
Finalmente, Rolando Álvarez pidió al pueblo católico de Nicaragua orar por todos los sacerdotes. «En este domingo, de modo especial pedimos por nuestros sacerdotes. Recordamos principalmente a los sacerdotes ancianos y enfermos; que la Santísima Virgen María, madre del Buen Pastor nos enseñe a ser los pastores que necesita la Iglesia en este tercer milenio».
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«Y ustedes amadísimos hermanos, oren por nosotros para que seamos pastores según el corazón de Cristo y según ustedes necesitan. Nosotros oraremos por ustedes para que cada uno en su vocación y misión a la que ha sido llamado y ahí en el lugar en el que está también sean buenos pastores al estilo de Cristo el sum eterno buen Pastor», concluyó.
La prédica del obispo llega días después que la dictadura propusiera encarcelar a sacerdotes, que según la aplanadera de diputados sandinistas ha contribuido o contribuyeron a «traicionar a la patria».