En juicio político que duró más de 24 horas, el juez orteguista Ángel Jeancarlos Fernández González, del Juzgado Cuarto Distrito Penal de Managua, declaró culpables a los empresarios Michael Healy y Álvaro Vargas, expresidente y exvicepresidente, respectivamente, del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).
A ambos dirigentes de la patronal se les juzgó y se les culpó por el supuesto delito de «menoscabo a la integridad nacional» y por haber «conspirado contra los derechos del pueblo y de la sociedad nicaragüense».
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La Fiscalía sandinista solicitó 13 años de prisión para Healy, por «menoscabo a la integridad nacional» y nueve años para Vargas por «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional». La lectura de sentencia se realizará el próximo 10 de mayo.
El proceso inició el jueves, 28 de abril y culminó a la tres de la tarde de este viernes. Se desarrolló en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote, en Managua, donde están recluidos desde haces seis meses.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) calificó el proceso contra los últimos dos rehenes de conciencia que faltaba por juzgar como «farsa judicial».
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Los dos exdirectivos del Cosep son los dos últimos presos políticos de una lista de más de 30 opositores en ser juzgados, antes de ellos fue judicializado el exembajador ante la OEA, Edgard Parrales.
Todos fueron capturados en una redada policial que inició entre mayo a noviembre del 2021, previo a las elecciones presidenciales sin competencia, donde el dictador Daniel Ortega se impuso por otros cinco años en el poder.
Detenidos en octubre del 2021
Healy y Vargas fueron detenidos el 21 de octubre de 2021. Healy fue citado a la Fiscalía para una «entrevista» en el caso de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), ese mismo día fue detenido minutos después de rendir declaración ante las autoridades orteguistas. Mientras que Vargas fue capturado en su vivienda.
A su salida del Ministerio Público, el expresidente del Cosep estaba incrédulo cuando los medios le consultaron si no tenía temor de ser apresado por el régimen después de la entrevista, como pasó con los presos políticos Mauricio Díaz y Félix Maradiaga, entre otros. Healy dijo: «No creo que me lleven detenido», esas fueron, públicamente, sus últimas palabras.
Hasta el momento todos los rehenes de conciencia siguen cautivos en «El Nuevo Chipote». Se desconoce si serán trasladados a un centro penitenciario. Por su parte el régimen Ortega no da muestra de querer liberarlos, más bien sigue despotricando contra toda la oposición.