La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo exigió a los oficiales administrativos de la sede en Managua de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que desocupe «inmediatamente» el edificio donde estaban instaladas las oficinas del organismo regional, mismo que fue expropiado por el régimen desde el pasado domingo, 24 de abril y oficializado ayer, 27 de abril, mediante el Acuerdo Administrativo No. 10-2022 de la Procuraduría General de la República.
«El Ministerio de Relaciones Exteriores reitera a ustedes que todos los bienes, equipos, mobiliarios propiedad de la OEA, que todavía permanecen en esas instalaciones, ya por decreto de la Procuraduría general de la República declaradas de utilidad pública, y por lo tanto propias del Estado nicaragüense, esas instalaciones, repetimos, deben ser de inmediatamente desocupadas y entregadas a la propia a la Procuraduría General del Estado», indica un comunicado de la Cancillería nicaragüense.
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«Exigimos el cumplimiento inmediato de esta soberana disposición de las instituciones nicaragüenses», añade.
El exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, criticó la exigencia de la dictadura Ortega-Murillo y dijo que esa decisión es «airada y furibunda contra OEA tras derrota en Consejo Permanente y envía un ultimátum para que abandonen la sede que alquilan en Managua. Se le olvida que esta comprometida “Pacta sunt servanda” a respetar las sedes diplomáticas».
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, indicó que la confiscación de la sede del organismo en Managua «es un antecedente peligroso» y pidió «actuar ya sino queremos que mañana sean otros los perjudicados».
Manifestó que la confiscación de facto de las instalaciones, documentos y bienes de la sede del organismo continental es una «acción moralmente repudiable, jurídicamente lamentable y más lamentable, aún, las actitudes del régimen contra su pueblo».
Almagro señaló que el régimen de Managua «decidió la expropiación de las oficinas del edificio de la OEA que ocupaban parte del mismo, se entra ilegalmente a una oficina protegida por inmunidades y se expropia ilegítimamente una propiedad como pretendida sanción a la OEA cuando ese edificio es de nuestra propiedad. La OEA solo arrienda parte del mismo».
El titular de la OEA afirmó que ni los peores dictadores de América, incluidos los Somoza, «jamás tomaron medidas como esta». Además, que lo que ocurre en con sus oficinas en Managua abre un precedente que «de ser tolerado puede llevar a los peores atropellos a cualquier organización internacional o sede diplomática».
Los miembros del Consejo Permanente de la OEA denunciaron que el régimen de Ortega «llegó al extremo, no hay límites en el país» pues no respetaron la «santidad diplomática» de la sede del organismo que fue expropiada.